¿Dónde estaba ubicada la casa de Mama Antula en Santiago del Estero?
El dato surge de un pleito iniciado por un representante de la santa, a quien le encomendó que se ocupara de sus propiedades en esta ciudad, mientras ella vivía en Buenos Aires. El reclamo se originó por los daños que ocasionaba la humedad que provenía de escombros que amontonaba un vecino. Ese valioso documento permite situar aproximadamente dónde vivió.
Mama Antula vivió en pleno centro de la Santiago del Estero colonial, lo que refuerza la afirmación de su origen capitalino. El investigador Alberto Bravo de Zamora descubrió en el Archivo Histórico la ubicación de su casa, por un pleito entablado entonces. Su descubrimiento consta en el libro “Mama Antula, sierva de Dios”, de 2014.
“Ella tiene su casa que colindaba con la iglesia de los jesuitas, en lo que actualmente es Santo Domingo”, sostuvo Juan Viaña, el director del Archivo Histórico Provincial. Como se sabe, su formación estuvo signada por la Orden de San Ignacio de Loyola, cuya obra evangelizadora prosiguió tras su expulsión.
Eso está documentado en un expediente de 1789, que sobrevivió al paso de los siglos y que fue hallado por Bravo de Zamora. Ese trámite fue iniciado por don Juan José Iramain, subdelegado y comandante de Armas, ante el alcalde de Primer Voto, Juan José de Erquicia, en representación de “la madre beata Doña María Antonia, que reside en Buenos Aires en el ministerio tan benéfico de los Santos Ejercicios”.
La carátula del expediente lleva el número 22 y es por daños y perjuicios. Iramain señala que recibió esa misión para “disponer y cuidar de las casas y viviendas que se hallan en esta ciudad pertenecientes a dicha Madre Beata”. Para ese entonces, la beata llevada diez años en Buenos Aires, donde crearía la Casa de Ejercicios Espirituales.
La causa del litigio fue que un desaprensivo vecino, Pedro Isnardi, había aprovechado que la casa de Antula estaba sin moradores para arrojar en ella “un formidable montón” de tierra, salitre y borra. Por eso, su representante pidió a la autoridad colonial que se intimara al desaprensivo vecino a quitar esos escombros, “caso contrario deberé hacerle cargo, como me permite el derecho”.
Bravo de Zamora apunta que “la propiedad de Isnardi había pertenecido a la Compañía de Jesús y fue adquirida por él después de la expulsión de dicha Orden, ocurrida en 1776, y constaba de diez cuartos contiguos a la casa y Colegio, que era de los regulares expulsos”.
Cita a Orestes di Lullo cuando en “Reducciones y Fortines” describe que en ese antiguo barrio de las Catalinas, junto a la iglesia, había “un primer patio plantado de naranjos, alrededor del cual, bajo la techumbre de tejas y protegido por un corredor, también tejado, formaban cuadro diez aposentos (…) y un segundo patio con su viñedo y un pozo, con diez aposentos más”.
Bravo de Zamora sostiene que “no caben dudas que uno de esos patios con sus diez aposentos eran la vivienda de don Pedro Isnardi, que colindaba, como vimos, con la casa de la Mama Antula”.
El mismo Di Lullo precisa que la iglesia de los jesuitas pasó en 1795 a la orden de los dominicos, donde se levanta en la actualidad el solar de Santo Domingo. Esto es, en la esquina de Urquiza y 25 de Mayo. De esto deduce el investigador que la casa de Mama Antula se encontraba contigua a esa iglesia, en un lugar aún no determinado sobre una de esas dos calles, en la manzana limitada por Buenos Aires y Mitre.
“No sabemos si la casa estaba sobre las actuales calles Urquiza o 25 de Mayo, pero eso forma parte de una investigación que ya se está haciendo. Pero ella describe que su casa colindaba con la iglesia, así que ella nació y vivió en Santiago del Estero, la Capital”, aseveró Viaña. Es probable que nuevos hallazgos en los archivos arrojen aún más precisiones.