Cultura

El sorprendente museo de Termas “Rincón de Atacama” ya tiene sede definitiva en el exhotel Italia

Como parte de las actividades por los 70 años de la ciudad turística se inauguró el edificio que albergará a este espacio poco conocido, que concentra una de las muestras más valiosas del Norte argentino.

El museo “Rincón de Atacama” ya tiene casa propia en Termas de Río Hondo: este viernes se inauguró su sede en el antiguo hotel Italia, que fue remozado como parte de los festejos por los 70 años de la ciudad. El acto fue encabezado por el intendente Jorge Mukdise y su predecesor, el arquitecto Miguel Mukdise.

 

El director del museo, Sebastian Sabater, inició su actividad en 1988 con una colección de descubrimientos propios y donaciones que, con el paso de los años, fue asimilado por la municipalidad y se convirtió en uno de los más interesantes de la provincia.

 

Comenzó apenas con algunos elementos que recolectaba en sus incursiones de pesca y cabían en una caja de zapatillas, entre fragmentos de alfarería, huesos y un silbato antiguo llamado ocarina.

 

Un amigo lo invitó a conocer a la directora del museo de Belén (Catamarca), Nélida de Cura, que se encontraba de visita en Termas, quien lo instó abrazar con pasión lo que hasta entonces era un hobby y esa charla lo decidió a emprender su rescate del pasado.

Se llamó Museo Paleoantropológico “Rincón de Atacama” y comenzó la exhibición de un puñado de piezas en el Centro de Comercio. En la actualidad es reconocido a nivel nacional, con piezas que se remontan a 4 millones de años, con el descubrimiento de una especie prehistórica, y con una enorme colección de restos de culturas anteriores a la llegada de los españoles.

 

“Yo me siento inmensamente feliz trabajando en el museo, es una decisión de vida que tomé en el año 87 de dedicarme a esta actividad (…). Uno cuando se apasiona por algo saca lo mejor de sí mismo y es lo que siento que me pasó. Me dediqué con profundidad para que crezca el museo en cantidad de material, porque nuestra ciudad es turística y necesitaba un lugar que cumpla con esa tarea turística, cultural y social importante”, explicó Sabater tiempo atrás.

 

El museo tuvo hasta su traslado unas 1000 piezas de las distintas colecciones, más lo que guarda en depósito, que ahora se podrán exhibir en el amplio espacio de su nueva casa. “El objetivo fue tener el registro científico de la arqueología, la paleontología de vertebrados, la paleobotánica, la entomología de la región, y para ello hemos golpeado puertas de las instituciones para poner en marcha este proyecto”, señaló.

 

La pieza más valiosa es una nueva especie de gliptodonte, un animal prehistórico característico por su cuerpo blindado con un caparazón, antepasado gigante de las mulitas, pichis o armadillos. Sabater precisó que los estudios arrojan que tendría unos 4 millones de años.

 

“A través de un convenio que tenemos con la Universidad del Nordeste de Corrientes y el Centro de Ecología Aplicada de El Litoral –recordó- trabajamos en la limpieza y preparación del caparazón de un Gliptodonte que es el primer fósil que trajimos de la orilla del río Dulce. Estuvo muchos años en la vitrina”.

“En una visita, un especialista me comentó que se trataba de una nueva especie para la ciencia y desde ahí estamos realizando el trabajo de limpieza y preparación para darlo a conocer como una especie nueva y con un técnico del Cecoal lo estamos preparando y por suerte dentro del caparazón pudimos encontrar el cráneo completo y sacar las placas óseas. La verdad que es un muy importante hallazgo desde el punto de vista científico”, destacó.

 

El museo tiene además de animales prehistóricos, restos de culturas precolombinas Las Mercedes, Cóndor Huasi y Famabalasto, entre otras, con más de 1500 años de antigüedad, y también atesora especies entomológicas, entre ellas la excepcional mariposa cola de golondrina.

 

El Rincón de Atacama funcionó hasta 2004 como una entidad privada, hasta que fue denunciado por extraer un gliptodonte y se resolvió convertirlo en municipal para evitar nuevas amarguras.

 

Su trabajo ha sido reconocido por su extensa labor de difusión, sobre todo escolar. Y hasta una especie lleva su apellido, el Paraeuphractus Sabateri SP, un miembro de la familia del quirquincho o Dasipodido que fue descubierto por él.

 

Sabater se inició como autodidacta y logró adquirir numerosas técnicas para reconstruir y conservar las piezas con la ayuda desinteresada de muchos especialistas. Así logró recuperar exquisitas piezas de alfarería que encontró desintegradas en las adyacencias del lago de Río Hondo, como si fueran rompecabezas. Eso sí, como hombre de fe, aclara que antes de comenzar una excavación siempre pide permiso a sus ancestros.

 

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