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Tras el caso Kueider en el Senado, quieren crear una comisión para monitorear la ética de los legisladores

De aprobarse, funcionará en el ámbito de la Comisión de Asuntos Constitucionales.

A raíz del Caso Kueider en el Senado, buscan crear en Diputados la Comisión de Ética y Disciplina, que funcionará administrativamente en el ámbito de la Comisión de Asuntos Constitucionales. El proyecto lo presentó Carla Carrizo, de la UCR crítica.

La iniciativa tendrá las facultades de intervenir en todo asunto relacionado con las normas disciplinarias de Diputados, tal como lo establece el artículo 66 de la Constitución Nacional y con los deberes, pautas y obligaciones que surgen de la ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública. Está facultada para elaborar recomendaciones tendientes a orientar el buen comportamiento de los legisladores, especialmente en lo referente a las cuestiones de orden, ética y transparencia.

La legisladora Carrizo dijo que “es fundamental que haya una Comisión de Ética que audite la presentación de las declaraciones juradas de sus miembros, tanto del Senado como de Diputados ya que están incumpliendo la ley de Ética Pública. Se les exige a funcionarios y empleados públicos lo que no se les exige a Diputados y Senadores. Que no haya un organismo que audite la presentación de las declaraciones juradas y que sea justo la Casa de las leyes, me parece que es la imagen del mal funcionamiento institucional que tiene la Argentina”.

Y agregó: “Es un tema central a estar en la agenda de cualquier convocatoria a sesiones extraordinarias. Ojalá que lo del senador (Edgardo) Kueider sirva para algo, que no quede solo la anécdota de la expulsión, de quien tuvo la culpa y si fue legal o no el rol de la vicepresidenta, sino que está pasando que estas cosas ocurran, porque el Congreso no audita lo que debería auditar”.

La facultad disciplinaria de las Cámaras del Congreso se encuentra reconocida en el artículo 66 de la Constitución Nacional que establece que “cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero bastará la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que voluntariamente hicieren de sus cargos”. Es lo que ocurrió el pasado jueves en la sesión especial y expulsión de Kueider del Senado.

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