El crimen de Rubén Maguna parece encerrar una venganza por despecho
El principal sospechoso es el ex de la pareja de la víctima, a la que había amenazado de muerte al enterarse de la relación. Además, los otros tres detenidos habrían colaborado en la emboscada fatal.
La investigación por el crimen de Rubén Agustín Maguna apunta con mayor fuerza hacia la hipótesis de un crimen motivado por celos del ex de su pareja, Esteban Ricardo Paz, quien lo había amenazado al enterarse de la relación. Su familia niega la versión de un ajuste de cuentas “por drogas” que habría dado extraoficialmente el principal acusado.
Junto a sus familiares Samuel Paz; Esteban Matías Paz y Damián Gerez habrían planificado una emboscada al empleado municipal, después de acecharlo en la casa de Sandra Rodríguez, al atardecer del 12 de diciembre.
Esa tarde Paz estuvo con su pareja, pero no se quedó a dormir, sino que regresó a su casa y en camino fue emboscado por Paz y sus cómplices, que lo asesinaron brutalmente: lo acuchillaron 14 veces –con tres heridas letales-, lo golpearon y hasta le fracturaron la mandíbula. La Justicia todavía no habría establecido dónde lo mataron, ya que se presupone que fue en otro lugar diferente al basural cerca del barrio IV Centenario, donde arrojaron su cadáver. Allí no había sangre, por lo que se sospecha que pudo haber sido torturado en una casa de la zona.
El grupo se apoderó de la motocicleta de la víctima y uno de ellos lo llevó a un taller para desguazarla, con el fin de impedir que fuese reconocida.
Maguna había realizado unas dos exposiciones reservadas en la policía -la primera en junio- en las que dejó constancia de que Paz lo hostigaba y amenazaba desde que comenzó el vínculo con su expareja, hace varios meses atrás.
Los fiscales Natalia Saavedra y Nicolás Santillán imputaron provisoriamente a los detenidos por homicidio calificado por encargo o promesa remuneratoria, aunque también se podrían agregar otros agravantes como alevosía (la indefensión de la víctima) o ensañamiento (la crueldad excesiva). Por ello se espera que los acusados rompan el pacto de silencio para poder establecer cuál fue el rol de cada uno, porque con la imputación actual los espera una segura condena a prisión perpetua.
Esta semana será clave porque los acusados serán indagados y, aunque es probable que se abstengan, no sería descabellado que alguno se atreviera a dar su versión para tratar de mejorar su situación.
