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Se cumplen 22 años del Doble Crimen de La Dársena con todos los condenados en libertad

El año pasado fueron liberados los últimos presos por esta causa que tuvo repercusión internacional y motivó la intervención federal de la provincia, lo que marcó el fin del juarismo. Musa Azar falleció y José Llugdar obtuvo la condicional hace varios años.

En la tórrida mañana del 6 de febrero de 2003 una mujer que recolectaba huesos en La Dársena se encontró con el espectáculo espantoso de los restos esqueletizados de Leyla Bashier Nazar y, a pocos metros de distancia, el cadáver de Patricia Villalba, torturada y asesinada apenas unas horas antes.

 

Un equipo de Canal 7 se enteró del hallazgo y sus imágenes darían vuelta al mundo, del episodio que se convertiría en uno de los crímenes más impactantes de la historia. El caso terminaría con una intervención federal y el fin del juarismo.

 

Por esa grave causa ya no quedan condenados en prisión. Los tres condenados a prisión perpetua por el doble crimen de La Dársena que aún estaban en la cárcel recibieron en mayo del año pasado el beneficio de la libertad condicional. Son los expolicías Pablo Gómez, Daniel Mattar y Héctor Albarracín.

Musa Azar y José Llugdar. Quedó probado que familiares acudieron al entonces subsecretario de Informaciones para pedir ayuda por el carnicero.Otro de los condenados fue José Patricio Llugdar, que recibió 22 años y ya recuperó la libertad en 2017. En prisión se convirtió al evangelismo, se casó y tuvo hijos; en la actualidad está al frente de la carnicería familiar en el Mercado Armonía. Musa Azar falleció en 2021, mientras cumplía prisión domiciliaria por este caso y múltiples condenas perpetuas por crímenes de lesa humanidad.

 

¿Qué quedó en claro de estos crímenes, tras el juicio y la condena de los responsables en 2008? Lo que sigue es una síntesis de la reconstrucción al a que se arribó en el fallo, lo que los jueces consideraron la verdad jurídica.

 

La noche del 5 de febrero de 2003, Patricia Villalba salió de trabajar en una verdulería de avenida Sáenz Peña y compró una hamburguesa de camino a la parada de calle Paraná, sin saber que su destino estaba echado. En ese lugar paró un automóvil conducido por Patricio Llugdar, acompañado por algunos de los policías de la subsecretaría de Informaciones -Daniel Mattar, Héctor Albarracín y Pablo Gómez-, quienes la redujeron y llevaron a la reserva ecológica que por entonces tenía Musa Azar en Árraga, donde la torturaron y mataron por estrangulamiento.

Para el tribunal quedó claro que Llugdar entregó a Patricia a sus captores y asesinos. ¿Para qué? Con el fin de extraerle la confesión de a quiénes les había contado sobre la muerte de Leyla. Y silenciarla. Para los jueces quedó claro que esto se acordó en una reunión entre familiares de Llugdar y Musa Azar, en su despacho de la subsecretaría: se trataría de un pedido desesperado para evitar que se descubriera su autoría del crimen de Leyla con un operativo de encubrimiento.

 

También se dio por probado que Llugdar había encontrado a Patricia en el baile de carnaval de Árbol Solo y se presume que pudieron haber encontrado posteriormente y allí le habría comentado algo sobre el Leyla.

 

Patricia Villalba posiblemente conocía a Leyla Bashier Nazar, aunque no eran amigas. En ese momento estaba desaparecida desde el 16 de enero de 2003 y su padre, Younes Bashier, recorría los medios solicitando ayuda para dar con su paradero. La joven vivía en Tucumán pero mantenía contactos y frecuentaba Santiago del Estero, de donde era oriunda.

 

A principios de enero se había encontrado con Llugdar en una reunión en el cámping Las Casuarinas y allí habían quedado en encontrarse posteriormente en el boliche Saravah, del Parque Aguirre. La joven acudió a esa cita el 15 de enero, pero no se quedó allí mucho tiempo, sino que se marchó con Llugdar al encontrarlo fuera del local. La sentencia señala que fueron al departamento –entonces desocupado- de la familia del carnicero, en el barrio Mishqui Mayu de La Banda. Allí fue asesinada por Llugdar, como se deduce por los gritos y golpes apagados que los vecinos recordaron haber oído para esa época.

Patricia Villalba y Leyla Bshier Nazar: algunos testimonios indicaron que se conocieron con anterioridad a sus asesinatos.

Llugdar habría contactado a Azar a través de su familia y se montó el operativo para deshacerse del cuerpo, que fue trasladado hacia la reserva, donde algunos restos se los dieron a algunos de los animales que el comisario coleccionaba. Esto se estableció con una especialista en zoología que estableció mordidas propias de animales salvajes como pumas o aguará guazú –que no son propios de la fauna de La Dársena- en los huesos de la joven. En la reserva había ejemplares de esas especies, que luego desaparecieron.

 

En ese operativo para borrar las huellas de Llugdar, el carnicero entregó a Patricia. Llugdar, pese a su responsabilidad en ambos crímenes, fue el que menos pena recibió: 22 años.

 

Otros 11 acusados fueron absueltos, entre ellos Musa Antonio Azar Cejas, hijo del exrepresor, quien dio un emocionado abrazo al presidente del tribunal cuando terminó de leerse la sentencia, que sería confirmada por la Corte Suprema. “Musita” luego de recuperar la libertad, tras cuatro años encarcelado, se recibió de médico y se radicó definitivamente en La Rioja, donde había estudiado. También fueron absueltos su madre, Marta Cejas, el exdiputado Carlos Anauate; el exinvestigador Luis Cejas; el dueño de Saravah, Daniel Moukarzel, más otros policías y empleados de la reserva.

 

¿Hubo otros culpables que quedaron impunes? Es probable, si se tiene en cuenta la magnitud del encubrimiento que se montó. Varios personajes que de una u otra forma se vieron involucrados aún cargan con el estigma de la sospecha. Sin ir más lejos, no prosperaron los posibles falsos testimonios que el tribunal recomendó profundizar.

Juan y Olga Villalba, padres de Patricia. Junto a Younes Bashier encabezaron innumerables marchas.

El caso fue atravesado por numerosas “hipótesis” o “pseudo teorías conspirativas” que no llegaron a comprobarse o fueron desechadas, pero que se instalaron en la opinión pública. Se llegó a un punto de incredulidad y saturación porque estos crímenes fueron utilizados por facciones políticas y económicas que se disputaban el poder, con numerosas versiones arrojadas como ajuste de cuentas. Pero esa guerra convulsionó a la provincia y finalmente el poder central resolvió intervenirla, tras multitudinarias marchas encabezadas por los padres de las dos víctimas.

 

Bashier falleció en 2017 y en 2023 Juan Villalba. Olga sobrevivió a su esposo. La causa sacó a la luz un submundo de drogas, poder y sexo, que hoy sería calificado como un doble femicidio, entre múltiples agravantes, porque demostró cómo el poder que se cree impune puede cosificar y descartar mujeres.

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