Pamela David: “Santiago es mi fuente energética, donde vuelvo siempre para sentirme protegida”

Para Pamela David, siempre hay una excusa para volver a Santiago del Estero. Así sea un viaje a través de los recuerdos, pero la conexión con la felicidad de su infancia, la familia, los amigos, los vecinos, lo valen mucho. Es la llave que tiene a mano siempre para reencontrarse con esa persona que nunca dejó de ser.

Siendo adolescente se animó a dar un paso más en su vida hasta llegar a Buenos Aires, donde se abrieron muchas puertas: el modelaje, vedette en teatro de revistas, en comedias, conductora de programas de televisión, hasta el presente, llegando a ser empresaria con su emprendimiento “Mi Espíritu Libre” (MEL), un vino rosé que la entusiasma a pleno. Pero además de estos logros, está también el amor. Su hoy compañero de vida, Daniel Vila, sus hijos y las amistades que perduran en el tiempo, lo que la mantienen activa y espiritualmente en plenitud.

En una entrevista exclusiva con El Librepensador, la conductora y empresaria santiagueña contó cómo se siente trabajar en televisión, los desafíos y cambios que impone el mundo de la tecnología; las personalidades a las que le gustaría entrevistar, su amor por Santiago y los proyectar grandes que espera seguir concretando.

¿Qué se viene para este año en Desayuno Americano (América TV)? ¿Están trabajando en algunos cambios para el programa?

-Para este 2025 arrancamos con un cambio fuerte, que es hacer un Desayuno Americano en modo verano, saliendo desde un parador de Pinamar. Es uno desafío distinto, porque hoy tenemos nuevas plataformas como el streaming que vino para unirse a la tele y modificar lo que es el formato antiguo por algo más nuevo y descontracturado, con menos rigidez. Lo de hacer el programa desde Pinamar es algo que lo venía soñando desde hace muchos años y, por distintas razones, no se podía hacer y esta vez sí pudimos. Como comienzo para este 2025 es un gran cambio, pero solo durará un mes. Desde marzo, con la nueva grilla, el programa tendrá otro horario. Irá de 8 a 10 como un magazine picante y más noticias.

Alguna vez dijiste que querías tener un mano a mano con Mirta Legrand ¿sigue siendo ese un sueño pendiente?

-Por supuesto, siempre digo que quiero hacer un mano a mano con Mirtha. Hay muchas personas que admiro, pero Mirtha es un referente muy fuerte y a su edad, es una virtud enorme su entereza y que sepa desarrollar tantos temas: desde la política, el mundo del espectáculo o hasta la vida de los influencers, por ejemplo, que ni yo los registro, pero ella los conoce a cada uno de ellos. Por todo eso y su preparación constante la hace para mí que sea una gran referente del mundo de la televisión.

¿Con qué personalidades influyentes te gustaría mantener una entrevista y conversar sobre aspectos que te intrigan?

-A mí los influyentes me gustan todos, más allá que con algunos no coincida en sus formas de pensar. Me llama mucho la atención la persona que tiene la capacidad de liderar y la gente lo siga por cómo piensa y lo que hace. Me imagino poder entrevistar a Cristina Fernández de Kirchner o Javier Milei, con quien puedo estar en las antípodas de su pensamiento, pero me intriga poder conversar con él, y que sea un verdadero mano a mano, y no haya nadie más que yo y el presidente.

¿Qué cambió en tu vida estudiar astrología? ¿Tuviste inquietudes similares para trabajar aspectos que hacen a la espiritualidad?

-Cuando me puse a estudiar astrología con el psicólogo chileno Pablo Flores Laymuns, me atrapó la idea de cómo sumaba la astrología a las terapias, y eso fue cuando me pregunté: ‘¿Cómo puede ser que dos niños criados de la misma manera con los mismos padres, con el mismo entorno y con buena salud, puedan tener actitudes diferentes con respecto a la vida?’… eso me llamó mucho la atención y lo empecé a utilizar con mis hijos, y es realmente asombroso. En eso me cambió la astrología, y a diario lo utilizo porque hay tránsitos en nuestra vida que nos ponen sensibles, irascibles, entonces tengo que buscar una decisión que influya positivamente en mi vida.

Hace ya más de 15 años que llevas una relación de amor con Daniel Vila ¿Sientes una etapa de mayor plenitud?

– Con Daniel cumplimos 15 años estando juntos y siempre estamos hablando de la evolución de nuestra relación. Somos una pareja rara, pero para bien. Nos amamos, nos respetamos, nos cuidamos, nos admiramos y a diferencia de otras parejas que podrían tener una relación monótona por esa misma cantidad de año de relación sentimental, en nuestro caso, tenemos cada vez más temas de conversación, más cosas en común, y creo que eso se debe a la confianza, y no se tiene que demostrar cuando la tenés. Eso es la clave, tener la certeza de que lo que nos estamos diciendo es cierto, porque no hay necesidad de mentir, y es lindo lo que nos pasa, porque a nuestro alrededor, no vemos que eso se repita y le agradecemos a la vida, porque esto se dio. Nos encontramos y te soy sincera: él insistió un montón y hoy nos amamos y no nos separamos más. Acomodamos nuestras vidas para estar juntos y lo estoy disfrutando. Ojalá sea para toda la vida. De lo que estoy segura es que, si llegara a terminarse el amor de algunas de las partes, no nos lastimaríamos ni a loco.

¿Cómo te sientes trabajando en el mundo del vino y que cosas descubriste con tu emprendimiento “Mi Espíritu Libre”?

-Mi Espíritu Libre (MEL) nació en pandemia cuando estuvimos durante todo el 2020 en Mendoza, y esa experiencia me dio una conexión especial con el lugar. Hoy es una excusa para volver allí, porque mi marido es mendocino y tenemos una hija. A MEL lo tomé como un emprendimiento porque me gusta el vino, soy consumidora del rosé y sueño con tener una bodega. Si, yo soy comunicadora, es mi prioridad, pero la bodega es un sueño como parte de los proyectos comerciales que tengo y me gusta ese desafío.

Más allá de los vínculos con familiares y amistades ¿qué otras cosas referidas a Santiago te hacen sentir una conexión especial?

-Cuando vuelvo a Santiago me transporto a mi niñez, esa niña de la fortaleza y con esa plenitud de sentirme protegida. Santiago me protege, y me acuerdo del barrio Sargento Cabral, y se me viene a la cabeza cada vecino cuidándome como una hija, no porque mis padres no lo hicieran, sino porque en otros lugares como Capital Federal, eso no se vive, de sentir al hijo del vecino como propio, el hecho de compartir que es algo muy de Santiago del Estero. Son miles de cosas que me pasan más allá de los amigos y familiares. Eso está intacto, porque con mis amigos me veo siempre, de hecho, vienen a Buenos Aires a visitarme, pero llegar a Santiago, me transmite una fuente energética, es mi cargador de batería, es sentirme plena. A veces me pregunto que haría el día de mañana cuando mis viejos no estén. Yo sé que siempre voy a estar volviendo, de hecho, por primera vez en mi vida, me compré una casa en Santiago y me da mucho orgullo. Es mi lugar en el mundo porque me hace volver a estar mejor de lo que fui, después siendo adolescente entre los 16 y 17 me fui a Buenos Aires a comerme el mundo, pero no creyéndomela, sino sabiéndome, y eso me lo da a Santiago. Yo hoy puedo señalar con el dedo un lugar en el mapa a dónde poder viajar, pero a Santiago lo elijo siempre.