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Las hermanas dominicas dejan el departamento Copo después de más de 40 años

Las religiosas ahora se integrarán a la comunidad que la congregación tiene en Añatuya.

Las hermanas dominicas de la Anunciata dejan definitivamente su puesto en el departamento Copo, después de más de 40 años, por lo que se sumarán a la congregación que poseen en Añatuya.

 

“No es que apaguen la luz y se vayan; la dejan encendida en los corazones de innumerables personas y familias que han acompañado y servido, con quienes han convivido, siendo presencia de Dios para muchos”, se expresó en un mensaje del obispado de Añatuya.

 

El 22 de diciembre, en la ciudad de Nueva Esperanza, en la cuasi parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, el obispo José Luis Corral celebró la Navidad y simultáneamente la despedida de las hermanas dominicas de la Anunciata, que por más de 40 años han permanecido allí. Momentos fuertes y emotivos para las hermanas “Gringa” y “Asu”, quienes, acompañadas por la hermana Provincial y Secretaria, participaron de esta acción de gracias.

 

Luego de la misa se realizó un bello pesebre viviente organizado con niños de la comunidad. Continuaron bailes y danzas, presentaciones y palabras de gratitud y reconocimiento, para terminar juntos en torno a la mesa compartida y al brindis final.

“Ellas han compartido gran parte de su vida consagrada al servicio de esta comunidad postergada en el monte del noroeste, y han sido testigos del amor de Jesucristo hacia los humildes y pobres a quienes nos envía.  Allí han acompañado tristezas y alegrías, luchas y esperanzas, cuando eran las condiciones de vida más difíciles por las carencias que se padecían en todos los niveles”, valoró el obispado.

 

Las religiosas, por condiciones de edad y salud, no podían continuar con su labor y presencia allí, y por ello el Consejo Provincial estableció esta fecha para su cierre formal. A partir de ahora se integrarán a la comunidad que tienen en Añatuya.

 

“Esperamos que los laicos, con la ayuda de algunos sacerdotes externos y la presencia de grupos misioneros, continúen fortaleciendo la vida de fe y el compromiso cristiano de esta comunidad y de los parajes vecinos que se articulan en torno a esta estación misionera. Que todo lo sembrado siga produciendo frutos y que la luz del Verbo hecho carne siga iluminando a las familias y a todas las personas de buena voluntad”, exhortó la diócesis.

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