“Vi cuerpos sin cabeza”, dijo el fotógrafo que siguió el operativo policial en Río de Janeiro
El fotoperiodista Bruno Itan de Red Uno describió la masacre en la favela do Penha, Río de Janeiro. Documentó durante 24 horas todo el procedimiento policial sangriento.

Alrededor de las 6 de la mañana de este 28 de octubre, el fotógrafo Bruno Itan se despertó con su celular repleto de mensajes. En los grupos vecinales del Complexo do Alemão, donde creció, se intensificaban los rumores de un tiroteo.
Esa mañana empezaría la operación policial más sangrienta en el área metropolitana de Río de Janeiro que haya registrado el Grupo de Estudio de Nuevas Ilegalidades de la Universidad Federal Fluminense (Geni/UFF) desde 1990.
Al menos 121 personas murieron y 113 fueron detenidas, según cifras oficiales de la Policía Civil y Militar de Río de Janeiro, que llevó a cabo la operación contra la facción Comando Vermelho en los complejos Alemão y Penha, en la capital carioca.
“Pena de muerte”
La megaoperación fue clasificada por el gobierno estatal como “la mayor operación de las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro”.
Forma parte de la Operación Contención, una iniciativa permanente del gobierno de Río para intentar contener la expansión territorial del Comando Vermelho, que domina varias zonas de la ciudad.
Los movimientos de derechos humanos califican la operación de masacre y cuestionan su eficacia como política de seguridad, cuestionamientos con los que el fotógrafo coincide.
“Aquí en Brasil no existe la pena de muerte. Cualquier delincuente, independientemente de lo que haya hecho, debe ser arrestado y llevado ante un tribunal para que este determine su sentencia. Pero ayer aquí, en el Complexo do Alemão y el Complexo da Penha, se aplicó la pena de muerte”, declaró en una entrevista con la BBC.
“Quienes determinaron esta pena de muerte fueron los propios policías. Ellos decidieron quién moría y quién vivía”, continuó el fotógrafo.

“Mi mirada siempre se dirige hacia el lado positivo que existe en las favelas y la pluralidad y cultura que allí se encuentran. Pero, lamentablemente, sabemos que la realidad de la favela no es solo eso”.
Según Bruno, a la prensa se le impidió el acceso al complejo Penha. “La policía disparó al aire y no nos dejaba pasar. Formaron una fila y dijeron: ‘La prensa no pasa por aquí'”.

“Esto no es normal”
El fotógrafo también destaca la cantidad de cuerpos de personas que murieron apuñaladas.
“Esto no es normal. Probablemente sea la mayor operación en la historia de este país”, dice Bruno, recordando la masacre de Carandiru, en la que 111 reclusos fueron asesinados para sofocar una rebelión en el Centro Penitenciario de São Paulo en 1992.
“[Los cuerpos] estaban decapitados, completamente desfigurados […] sin rostro, sin media cara, sin brazos, sin piernas”, afirma.
“Y lo que realmente me impactó fue la cantidad de cuerpos con heridas de arma blanca; hay muchas fotos donde se ve que fue un arma, el efecto de un arma blanca, ¿entiendes?”.
En su memoria, dice que el “olor a muerte” aún está presente. “Donde estoy ahora, ya no hay cuerpos, pero el olor permanece incluso en mi psique”, declara.
“Me impactó profundamente la brutalidad. El dolor de las familias, las madres desmayándose, las mujeres embarazadas llorando, los padres indignados… Podría haber sido uno de ellos. Si no hubiera conocido la fotografía, de repente podría haber sido uno de ellos.”

Para él, la política de seguridad en las favelas sigue basándose en la violencia.
“Desafortunadamente, la política de seguridad pública siempre se basa en la fuerza bruta. Nunca en la acción social, la educación, la vivienda, la salud o la cultura, que es lo que la favela necesita para rescatar a estas personas”.

Fotos: Bruno Itan
Nota: Rute Pina, BBC News Brasil en São Paulo.



