Investigadores de Córdoba venden hasta sus anillos para publicar sus descubrimientos
“Se nos acabó el dinero para investigar", contaron los investigadores, una dura realidad que golpea a la ciencia argentina en tiempos de Milei.

El Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra de Córdoba, atraviesa una grave crisis financiera, que obliga a los científicos a costear con recursos propios la difusión de sus hallazgos sobre enfermedades intestinales y avances en salud pública.
El Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra, de Córdoba, dedicado a la investigación biomédica desde hace 77 años, enfrenta una situación crítica similar a la de otras instituciones científicas del país.
Incluso para publicar sus estudios recientes, los investigadores llegaron a vender sus anillos de casamiento, intentando cubrir los costos de las publicaciones en revistas científicas internacionales. Aun así, los recursos no alcanzan.
El último hallazgo del equipo involucra un avance sobre la enfermedad de giardiasis: los parásitos intestinales “se comunican” para volverse resistentes a los medicamentos. “Se nos acabó el dinero para investigar. Somos 25 y cada uno tiene una o más líneas de investigación. Generalmente dos por mes”, explicó Carolina Touz, directora e investigadora del Instituto, en diálogo con La Voz de Córdoba.
Sin fondos
Salvo algunos estudios financiados desde el exterior, la mayoría carece de fondos. Esto afectó el trabajo experimental y de laboratorio, y la situación no ha mejorado respecto al año pasado: “El dinero que obtuvimos por concurso llega en cuotas, y hace un año y medio que está retenido”, afirmó Touz.
En 2024, el instituto estuvo al borde del cierre por desfinanciamiento nacional. Sus recursos dependen del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Uno de los mayores gastos es el servicio eléctrico, necesario para mantener la infraestructura que conserva muestras biológicas en laboratorios.
Para sostener la investigación, el equipo lanzó campañas de recaudación de fondos y recibió apoyos provinciales y de organismos científicos. Esto permitió instalar paneles solares y obtener ciertos subsidios, reduciendo los costos operativos. Hoy, unas 120 personas entre investigadores, becarios y técnicos forman parte de la institución.
Grandes investigaciones
El descubrimiento sobre giardiasis reveló que la Giardia lamblia puede resistir al metronidazol gracias a una comunicación entre parásitos. “Los que son resistentes envían mensajes a los que no lo son, para que también se vuelvan resistentes, como si se enviaran textos por WhatsApp”, explicó Touz. La enfermedad puede causar fiebre, dolor, mala absorción intestinal y desnutrición en niños.
Para publicar este hallazgo en una revista científica, el equipo debe pagar 1.700 dólares, una suma que aún no logra cubrir. Una investigadora incluso vendió su anillo de casamiento y lograron reunir 700 dólares, quedando pendientes 1.000 dólares.
A pesar de la crisis, el instituto mantiene un ritmo activo de publicaciones, con cuatro investigaciones difundidas este año, y avances significativos en bioquímica, neurociencia, nanotecnología aplicada a la salud, hipertensión, prevención del consumo de alcohol en adolescentes y tratamientos ansiolíticos accesibles.