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La ONU advierte que Israel viola las leyes de guerra y cometería un genocidio en Gaza

La ONU volvió a condenar los ataques de Israel, que bombardeó en las últimas horas el patio del hospital Al Aqsa en Gaza, donde la gente buscaba refugio.

Evacuaciones forzadas, ataques sistemáticos a civiles y hospitales, y uso de municiones prohibidas, como el fósforo blanco, son algunas de las transgresiones israelíes en Gaza en más de un año de la guerra que ha dejado más de 43.000 gazatíes muertos, la mayor parte mujeres y niños, revela un informe de la dependencia de la ONU encargada de velar por los derechos humanos.

 

“Las violaciones sin precedentes del derecho internacional humanitario [en Gaza] dan lugar a temores de que se estén cometiendo crímenes atroces. La violencia debe cesar de inmediato”, dijo este viernes el Alto Comisionado de las Naciones Unidos para los Derechos Humanos.

 

Las acciones de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva militar luego de los ataques liderados por Hamas contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023 han violado las leyes de la guerra y de los derechos humanos, afirma un informe de la Oficina del Alto Comisionado, Volker Türk.

 

La publicación destaca la grave situación de las garantías fundamentales en el territorio palestino asediado, recordando que los muertos suman ya más de 43.000. La ONU ha verificado más de 8000 de esos asesinatos y el 70% de ellos son mujeres y niños.

 

Asimismo, detalla “la realidad horrible que vive la gente de Israel y Gaza” desde hace trece meses.

El informe acusa el incumplimiento continuo de las normas de la guerra que se han aplicado durante 160 años, aseverando que la forma en que las partes en el conflicto en Gaza han llevado a cabo las hostilidades ha provocado un espantoso sufrimiento humano.

 

Los métodos de guerra de Israel en particular “han implicado graves violaciones de las leyes internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario”, agrega el análisis.

 

Türk insistió que ha advertido repetidamente “del riesgo de que se estén cometiendo crímenes atroces”.

 

El informe plantea preocupación sobre las acciones de las fuerzas israelíes con respecto a los traslados forzados, los ataques a hospitales de manera aparentemente sistemática y los ataques a periodistas.

 

El alto comisionado agregó que “también destaca las denuncias sobre el uso de municiones de fósforo blanco”, cuyo compuesto se pega y desintegra la piel, sin posibilidad de apagarlo, por lo que su uso está prohibido.

 

El análisis detallado de las violaciones comprende el periodo de noviembre de 2023 a abril de 2024, y examina ampliamente el asesinato de civiles y las violaciones del derecho internacional que en muchos casos podrían constituir crímenes de guerra.

 

Si estas violaciones se cometen como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra una población civil, en cumplimiento de una política estatal o de una organización, estas violaciones pueden constituir crímenes contra la humanidad, apunta el informe.

 

También subraya que, si los abusos se perpetran con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, “pueden constituir genocidio”.

 

“Se debe hacer justicia frente a estas graves violaciones de las leyes internacionales”, puntualizó el Alto Comisionado.

Volker Türk enfatizó que los Estados “tienen la obligación de actuar para evitar los crímenes atroces”, y los urgió “a apoyar el trabajo de los mecanismos de rendición de cuentas, incluida la Corte Penal Internacional, para ejercer la jurisdicción universal e investigar y juzgar los crímenes en consonancia con las leyes internacionales en tribunales nacionales”.

 

Del mismo modo los conminó a cumplir con las peticiones de extradición.

 

“La violencia debe cesar de inmediato, los rehenes y las personas detenidas arbitrariamente deben ser liberados y debemos centrarnos en inundar Gaza con ayuda humanitaria”, recalcó.

 

En tanto, la Oficina para Asuntos Humanitarios (OCHA) hizo hincapié en la angustia que impera entre los gazatíes.

 

“Todos se sienten como si los hubieran puesto en el corredor de la muerte. Si no los matan bombas o balas, se están asfixiando lentamente por la falta de los medios básicos de supervivencia. La única diferencia es la velocidad a la que cada uno muere”, explicó Jonathan Whittall, jefe interino de OCHA en los territorios palestinos ocupados.

 

Whitthall habló también sobre la desesperación de quienes quedan atrapados bajo los escombros, y relató que los trabajadores de rescate tratan de llegar a las personas que gritan pidiendo ayuda sin poder hallarlas antes de que los gritos se silencien.

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