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Inspeccionaron ingenios tucumanos para evitar vuelcos de desechos en la cuenca Sali-Dulce

El Defensor del Pueblo de la provincia, Dr. Daniel Escobar Correa participó de la inspección a industrias sucroalcoholeras en esta etapa de pre-zafra.

Funcionarios y técnicos de la Defensoría del Pueblo de Santiago del Estero, junto con la Secretaría de Ambiente de Tucumán y la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, inspeccionaron la semana pasada nueve industrias sucroalcoholeras, en cumplimiento de un acuerdo interprovincial vigente desde 2011.

De las once industrias bajo revisión, una se encuentra cerrada, y otra quedó fuera de la inspección en esta etapa.

Esta práctica de control, que se realiza cada cuatro meses, responde a un amparo ambiental promovido por la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de Estado de Santiago del Estero. El convenio, inédito a nivel nacional, fue firmado por ambas provincias y cuenta con la supervisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Desde mayo de 2012, la Defensoría santiagueña inspecciona diariamente 32 puntos de control sobre el Río Salí, verificando efluentes industriales y afluentes. Esto permitió reducir significativamente el vuelco de contaminantes, gracias a compromisos asumidos como “vinaza cero” y “ceniza cero”.

El Defensor del Pueblo de la provincia, Dr. Daniel Escobar Correa, en diálogo con la prensa, sostuvo que “la visita de inspección, se realizó antes de que comience cada uno de los ingenios con la producción, a los fines de garantizar y de asegurar la no contaminación del embalse. En virtud de ello, se han inspeccionado tanto las piletas de depósito y de tratamiento de la vinaza, como si así también algunas de las obras que se habían comprometido cada de estas industrias, a los fines de preservar el medio ambiente”.

En su primera visita como responsable de la Defensoría del Pueblo, valoró que “hay una excelente buena voluntad por parte de los empresarios, de tomar todas las previsiones a los fines de evitar la contaminación de la cuenca“.

Mejoras

Según el secretario de Medio Ambiente de Tucumán, Alfredo Lizárraga, el acuerdo significó un punto de inflexión para la provincia, ya que permitió el trabajo conjunto con Santiago del Estero en tareas de monitoreo y control.

Este trabajo coordinado derivó en mejoras sustanciales: los ingenios tucumanos comenzaron a contener sus efluentes y a tratarlos adecuadamente, lo que representa un avance ambiental significativo.

Lizárraga destacó que el convenio provocó un cambio de paradigma en la industria, incentivando procesos más limpios y sostenibles. “El empresario entendió que lo que estaba arrojando también tenía valor”, concluyó, y abogó por la continuidad del acuerdo en el tiempo.

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