Aseguran que consumir productos ultraprocesados contribuye a la exposición a los microplásticos
Los científicos aseguran que los principales productos dañinos son las comidas instantáneas y los alimentos precocidos.

Los seres humanos están expuestos a microplásticos y nanoplásticos través de los alimentos, el agua potable y el aire. Pueden entrar en los órganos del cuerpo e incluso al cerebro y ahora se sospecha que el consumo de alimentos ultraprocesados puede favorecer ese ingreso.
El dato es más que revelador: los microplásticos de los alimentos ultraprocesados pueden estar acumulándose en el cerebro de las personas, según publicó la revista Brain Medicine.
Eso significa que el ingreso de las partículas a través del uso y el consumo de ultraprocesados podría estar contribuyendo potencialmente al aumento de las tasas mundiales de depresión, demencia y otros trastornos mentales.
Martín Blettler, doctor en biología e investigador en contaminación por plásticos del Conicet en el Instituto de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería y Bioinformática (IBB), en la localidad de Oro Verde, Entre Ríos, Argentina, consideró que ya hay evidencias sobre el impacto de las partículas plásticas en la salud humana y el consumo de ultraprocesados.
“Para prevenir ese impacto, es necesario adoptar un enfoque integral que abarque la producción, el consumo y la regulación, todo basado en resultados de la investigación científica”, comentó el científico al sitio Infobae.
Preocupante
Los alimentos ultraprocesados, según la definición del sistema de clasificación Nova, son productos alimenticios altamente industrializados que incluyen ingredientes extraídos o sintetizados, como conservantes, colorantes o sabores artificiales.
Ejemplos comunes son los refrescos o gaseosas, las comidas instantáneas y los alimentos precocidos como nuggets de pollo.
Los microplásticos llegan a los alimentos ultraprocesados a través de sus procesos de fabricación y empaquetado.
Ese tipo de productos presentan concentraciones significativamente más altas de microplásticos en comparación con los que no son procesados.
Por ejemplo, ya se detectó que los nuggets de pollo (que son empanizados y fritos) contienen hasta 30 veces más microplásticos por gramo que la pechuga de pollo sin procesar.
Además de los microplásticos, los ultraprocesados pueden afectar la salud mental por su perfil nutricional. Tienen una baja densidad de nutrientes, un alto contenido calórico y químicos asociados a la inflamación y el estrés oxidativo.
Estudios en animales muestran que microplásticos inducen estrés oxidativo y alteran el sistema inmunológico.
Con esto, los alimentos ultraprocesados no solo contribuyen a la exposición a los microplásticos, sino que también podrían agravar sus efectos adversos en la salud mental.
Estas evidencias sugieren la necesidad de redirigir hábitos alimenticios hacia opciones más naturales para reducir riesgos y mejorar el bienestar general.