En la UNSE repudiaron el apoyo legislativo al veto de Milei al financiamiento universitario

La Asamblea Universitaria Permanente de la UNSE protestó este lunes contra el apoyo que obtuvo en el Congreso de la Nación el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, por considerar que se trata de un ataque del gobierno libertario a la educación superior estatal.

La concentración comenzó temprano, con una protesta ruidosa en defensa de la Universidad Pública y Gratuita, de la que participaron profesores, estudiantes y no docentes, en el jardín de la sede central. Más tarde interrumpieron el tránsito sobre la avenida Belgrano para hacer visible la crítica situación el sector en el gobierno libertario.

Lo que sorprendió a los manifestantes es que un funcionario universitario les exigió que desalojaran ese sector, por sostener que se violaban normas de seguridad al utilizar un anafe a garrafa para realizar la olla popular con matecocido para los estudiantes.

Sin embargo, no cedieron a las intimidaciones del funcionario, quien les advirtió que informaría al rector quiénes eran los responsables, para que tomara medidas. “Parece que el funcionario y la autoridad que, según él, lo mandaba, desconocen la historia de la universidad, su lucha, su autonomía y su cogobierno. Pero más aún, desconoce la propia historia de la UNSE y todas reivindicaciones”, sostuvo un docente.

También recordó que “también desconoce que fueron estudiantes quienes tomaron la universidad en reiteradas veces en los años noventa para resistir el arancelamiento del menemismo. Fueron los estudiantes que hacían marcha en contra del juarismo y del genocida Musa Azar. Fueron los estudiantes de la UNSE los perseguidos por el D-2. Y ahora, son los estudiantes que mientras toman un ‘matecocido peligroso’ se paran de manos a un personaje que promete destruir el Estado”.

En ese sentido, se destacó que el mesón universitario creció en los últimos tiempos porque allí los estudiantes “pueden ir a buscar un mate porque el desayuno se les hace imposible y porque tienen que optar entre el boleto, las fotocopias y tomarse algo por la mañana. Entonces, no era la garrafa ni el peligro de la hornalla, era el posicionamiento político y público de parte de la institución universitaria que se incomoda con las prácticas de luchas populares para enfrentar lo siniestro de un plan económico que ya reprimió jubilados, que cerró hospitales, que desguazó la salud y que ahora pretende liquidar la universidad”.

Tildó de burócratas a los que aducen “normas de Seguridad e Higiene” para impedir una manifestación: “Las conquistas son colectivas y deberían aquellos y aquellas que desmovilizan mediante el ejercicio de la formalidad por momentos insoportable, tener un poco de respeto y decencia por quienes deciden luchar”.