El Puente Carretero, Monumento Histórico Nacional, cumple un año más de unión e historia
En su 98° aniversario recordamos la canción que evoca el cruce hacia las dos ciudades más importantes de la provincia, y la famosa historia del bulón de oro.

El Puente Carretero, testigo del paso del tiempo y símbolo de unión entre la ciudad Capital y La Banda de Santiago del Estero, celebra este miércoles 12 de febrero su 98° aniversario.
Este emblema santiagueño es más que una estructura de hierro y cemento: es el escenario de innumerables historias, encuentros y recuerdos que han marcado generaciones.
Con sus imponentes arcos y su majestuosa presencia, el Puente Carretero no solo es una maravilla de ingeniería, sino también un ícono cultural que ha inspirado a artistas, fotógrafos y escritores locales a lo largo de los años.
Tal es el caso de la famosa chacarera “Desde el Puente Carretero”, que el artista bandeño Peteco Carabajal la llevó por el mundo, y es cantada en miles de lugares, por artistas de distintos géneros musicales.

Desde sus orígenes, el Puente Carretero ha sido un elemento vital para el desarrollo económico y social de La Banda y Santiago del Estero, facilitando el transporte de personas y mercancías entre ambas ciudades.
En marzo del año 2001 fue declarado Monumento Histórico Nacional, y como agregado a la portentosa obra, detrás suyo se erige el Estadio Único Madre de Ciudades.
La historia del famoso bulón de oro
La historia cuenta que, en la construcción de este puente, estuvo a cargo el capataz Salvador Catálfamo. El italiano llegó a Santiago del Estero exclusivamente para hacerse cargo de esta obra a comienzos de la década del 20 del siglo XX.
La construcción del puente fue gestionado por la presidencia de Hipólito Yrigoyen, bajo la gobernación de Manuel Cáceres.
Existe una versión que dice que esta obra fue donada por el gobierno alemán, como acto de reparación hacia nuestro país ya que los europeos habrían confundido, durante la Primera Guerra Mundial, dos barcos argentinos con los del enemigo y los habrían hundido a cañonazos.
La leyenda más sobresaliente de esta historia es sobre el bulón de oro. La comunidad de Santiago del Estero cuenta que el capataz colocó un bulón de oro cuando se estaba construyendo la obra en 1927.
Su lugar sería estratégico y se debía “atornillar y olvidar”. El secreto de dónde está ubicado permanece hasta la actualidad, ya que en ese tiempo los trabajadores de la obra, que sabían dónde estaba ubicado, juraron llevarse el secreto hasta la tumba.