El legado de la masonería en Santiago del Estero

El secretario de la biblioteca Sarmiento, Carlos Alberto Salido, expuso recientemente sobre la influencia de la masonería en Santiago del Estero y resaltó que los fundadores de esa institución  iniciaron sus actividades con una sociedad de socorros mutuos, en 1888. El presidente de la Gran Logia de Argentina, Pablo Lazaro, entregó recientemente facsímiles de los primeros documentos que señalan la presencia de la masonería en la provincia.

“En esta oportunidad nos trajeron documentos originales porque había muchas consultas y dudas si eran o no personalidades destacadas que su tiempo hicieron mucho por la provincia. Por ejemplo, en la Logia 3 de Febrero estaba Napoleón Taboada, quien fue intendente de la ciudad en 1925, que coincide con la presidencia de la biblioteca, a cargo de Teodomiro Bravo Zamora, quien inaugura su edificio”.

También incluyó a los gobernadores Antenor Álvarez y Pedro Segundo Barraza, o el diputado Dámaso Giménez Beltrán, muchos ciudadanos que hasta el día de hoy había una idea de que formaban parte de la institución y hoy felizmente tenemos la documentación que constata su membresía en la masonería argentina.

Tumba del gran maestre Bernardo Irurzun, en el cementerio La Misericordia, de La Banda.Las primeras logias registradas son Voluntad y 23 de Febrero, está última de La Banda, que tuvo entre sus miembros al gran maestre Bernardo Irurzun, fundador de la escuela Libertad, cuyo mausoleo en el cementerio La Misericordia fue declarado monumento histórico, por su diseño con símbolos masónicos. En otros de los documentos

Salido recordó que un punto de inflexión para la masonería fue el primer golpe militar de 1930. “Unas 400 propiedades se perdieron a partir de las dictaduras del ’30 y muchas logias se fueron cerrando, salvo en el norte, por ejemplo, la de Corrientes (que integró José Hernández) o La Estrella, de Tucumán”. Pero desde el retorno a la democracia, en 1983, se reactivaron muchas. Recién en 2009 la masonería revivió en Santiago del Estero y hoy hay 6 en funcionamiento en la provincia.

En el caso de la biblioteca Sarmiento, enfatizó que su fachada diseñada por el italiano Pedro Vozza contiene gran simbología masónica: dos columnas jónicas que representan la sabiduría, esfinges griegas que custodian la columna cortada, lo que implica que la sabiduría divina no llegó a la tierra. Además, hay águilas bicéfalas que representan los 33 grados de la jerarquía máxima de la masonería. Las columnas remontan al rey Salomón y también hay otros elementos como escuadras, un libro de la ley, catalejos y la inscripción de ciencia y arte.

Salido contó que están en tratativas con el municipio capitalino para que la biblioteca se integre al circuito turístico de la ciudad. “En esa época dejaban rastros de alguna manera, en determinados edificios, o en el diseño urbanístico, como la ciudad de La Plata, o Necochea, que en su trazado tienen simbología masónica que es similar a la Washington, en EEUU, que desde el aire se ven las diagonales, escuadras, compases. Se fueron dejando símbolos en todas las ciudades del país”.

La comisión directiva de la biblioteca se contactó con las autoridades para que se incorpore en el trayecto histórico de la calle Libertad, que comienza en la Colón con el edificio del Concejo Deliberante, el ferrocarril, el Colegio Nacional, la biblioteca Sarmiento, el Centro Cultural del Bicentenario, la Casa Argañaraz Alcorta, el Parque Aguirre y la feria. “La calle Libertad refiere al primero de los principios de la masonería. Hace 80 años todos los que llegaban a la ciudad, por el ferrocarril, transitaban ese camino hacia la plaza Libertad y quizás, cruzar a La Banda, por ejemplo”, precisó.

Otro proyecto es abrir sus puertas en actividades similares a la “Noche de los Museos”, para contar su historia y desmitificar a la masonería. “Era la idea abrir las puertas y contar la historia, que también es de la provincia y la ciudad. En esa etapa en particular hubo grandes avances de la sociedad santiagueña y la biblioteca es un reflejo de eso, es realmente un hermoso edificio con una construcción de calidad y con símbolos sobre los que vale la pena reflexionar en función de lo que interpreta cada uno y cuál es el mensaje que trasmiten”, indicó. 

Por último, Salido reflexionó sobre la iniciativa de mostrar las bibliotecas “en un momento en que su rol está casi obsoleto porque tengo 43 años y cuando era chico tenía que tener plata para comprar un libro o venir a una biblioteca pública o popular para adquirir conocimiento que hoy los chicos tienen del mundo en su celular. Entonces se ha perdido en los jóvenes esa necesidad de venir a buscar los libros. Realmente es necesario que los espacios que tienen esas instituciones se pongan a disposición con talleres de arte, encuentro, la cultura. Nosotros pusimos 300 megas de conexión y los espacios a disposición de los chicos. Hay una estudiante de Medicina que me dice que vive a la vuelta, pero en su casa se distrae y aquí viene con su computadora y puede encontrar un lugar tranquilo para estudiar. Estudiantes de arquitectura que pueden trabajar en equipo”.

Por eso adelantó que “estamos pensando en talleres de arte para jubilados, a la mañana, actividades de cara a la sociedad que, a fin de cuentas, entiendo que es el objetivo inicial de la biblioteca: no sólo tener el conocimiento, sino brindarlo de manera gratuita a la sociedad”.