El edificio de la biblioteca Sarmiento cumplió un siglo como faro cultural de Santiago
Se trata de un palacio enclavado en pleno centro de la Capital, con un diseño arquitectónico único, de una institución que alberga una gran riqueza cultural e histórica.

La biblioteca popular Sociedad Sarmiento celebró este martes un siglo de la inauguración de su emblemático edificio de calle Libertad, que albergó numerosas manifestaciones culturales y científicas, que se proyecta como un reservorio de conocimiento para todos los santiagueños.
El secretario de la institución, Carlos Barraza, destacó que “el centenario de la inauguración del edificio nos llena realmente de orgullo por todo lo que ha brindado la sociedad la biblioteca como institución, desde su fundación en 1888, que arranca como Sociedad de Socorros Mutuos, después se convierte en biblioteca popular y hace 100 años inaugura un día como hoy el edificio que nos cobija a todos”.

En ese sentido, subrayó que “ha sido un faro de cultura, de conocimiento: además del Grupo La Brasa, han venido muchos intelectuales, también ha albergado no solo la parte literaria y poética, sino también artística. Por ejemplo, Los Santiagueños han tocado aquí, también Andrés Chazarreta, se ha reconocido a Sixto Palavecino, tiene mucha historia vinculada a la cultura de la provincia”.
En su salón disertaron alguna vez Jorge Luis Borges o Ernesto Sábato, entre muchas figuras de la cultura nacional, con trascendencia mundial.

La vocal Paola Juárez explicó el desafío de captar nuevos lectores: “El año pasado hemos inaugurado nuestra cuenta de Instagram, a partir de ahí nosotros publicamos todas las actividades que se realizan en la biblioteca y también tiene ahí el link para descargar y poder asociarse a la biblioteca. También nos hemos modernizado en ese aspecto y tenemos para pagar la cuota a través de una billetera virtual y se nos siguen acercando, por suerte, muchos lectores que quieren ser parte de esta sociedad Sarmiento”.
El revisor de Cuentas, Mariano Gil, también contó sobre el minucioso trabajo de recuperación del patrimonio de la biblioteca, en colaboración con la Universidad Nacional. “Hemos tenido la enorme suerte de poder contar con mucha gente de Santiago del Estero que cuando fue llamada a poder prestar su auxilio en la conservación de algo que en el fondo no deja de ser la historia de la construcción de esta ciudad y de esta provincia durante los últimos 100 años. Aquí de esta comisión en este lugar estuvieron (el gobernador) Antenor Álvarez y todo su gabinete”.

“Además, encontramos libros que pertenecían a Absalón Rojas, a su hijo Ricardo Rojas, algunos que hasta lo inspiraron, por ejemplo, a escribir. Hemos encontrado dibujos de los hermanos (Duncan y Emilio) Wagner perdidos, que son originales de la civilización chaco-santiagueña. Estamos en un activo proceso de conservación y de rescate de gran parte de la bibliografía que aquí se encontraba arrumbada, no porque no fuera cuidada -de hecho llegó hasta nuestros días-, sino porque simplemente no teníamos un espacio lo suficientemente grande para poder hacerlo, ni el conocimiento técnico. Hoy, gracias a la ayuda, por ejemplo, de la licenciada en conservación cultural, Zulma Abate, nos ha organizado junto con la Universidad Nacional todo un proceso de recuperación, del cual podemos estar orgullosos, porque no es algo que sea habitual en la provincia, pese a que es la intención de muchos espacios. Y esto se hizo íntegramente –hasta ahora- con recursos propios y algunos que aporta la UNSE, lo cual no es menor porque nosotros tenemos que llevar ese compromiso”.

Gil enumeró algunos de los tesoros descubiertos: “Hoy tenemos aquí desde mapas de principios del siglo XX, de cómo se planea la pavimentación y el ordenamiento urbano, hasta discursos de los gobernadores explicando la elección de ciertos árboles para determinadas áreas de la provincia y la ciudad. Y todas estas cuestiones son las que hacen a nuestra cotidianeidad como santiagueños: los que circulamos en la calle y olemos los naranjos y tosemos cuando los lapachos florecen, nos preguntamos qué hace aquí este palo borracho o cómo llegan los eucaliptos, los que se preguntan qué significa este símbolo… en la biblioteca están muchas de esas respuestas y para que dentro de 100 años, a partir de ahora, todavía puedan seguir buscando respuestas a esto”.


La biblioteca fue fundada por un grupo de masones santiagueños, cuyos símbolos perduran en la fachada diseñada por Pedro Vozza, pero que también adornan su diseño interior.



