El Che en Santiago: la siesta en la tribuna de Mitre que marcó a un historiador
Evocamos las memorias de don Pedro Rojas Cuozzo, un reconocido historiador de vivencias santiagueñas fallecido hace dos años, y una tarde cualquiera en la tribuna de Mitre.

Hay una imagen que circula hoy entre hinchas de Mitre e incluso en las redes sociales de muchos de esos simpatizantes: la del Che Guevara con el escudo del aurinegro sobre el pecho.
No es una imagen cualquiera y tampoco es que haya sido elegida al azar por esos hinchas. Según Pedro Rojas Cuozzo, un reconocido historiador de vivencias santiagueñas fallecido hace dos años, Ernesto Guevara conoció la cancha del aurinegro.
Fue en una de sus travesías por el norte argentino, allá por los años 50. Si bien su estadía fue breve, bastó para que entablara diálogos con trabajadores, estudiantes y médicos rurales. Cuozzo -testigo privilegiado de esa época-, lo retrató como un muchacho inquieto, de preguntas agudas y silencios intensos. “No venía a enseñar, venía a escuchar”, recordó.
Un viaje sin mapa: la travesía de 1952
La historia cuenta que el 4 de enero de 1952, los jóvenes Ernesto Guevara y Alberto Granado partieron en moto desde Buenos Aires para iniciar un viaje de siete meses que los llevaría por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela, y en el que comenzaría a forjarse el destino del hombre que hoy el mundo entero conoce como “El Che”.

El joven Ernesto tenía apenas 23 años y le faltan pocas materias para recibirse de médico. A bordo de La Poderosa, la travesía por el norte argentino tuvo su parada en Tucumán, Salta, Jujuy, pero ante de eso, pasaron por Santiago del Estero. Era un viaje sin itinerario fijo, una hazaña puramente deportiva que le dejó grandes enseñanzas de vida y los contrastes de un país de grandes riquezas y pobreza, que le sirvió para cimentar un ideario de lucha para el despertar de su conciencia social, que más tarde se convertiría en revolución.
En Santiago, según los recuerdos que Pedro Rojas Cuozzo compartía, Guevara se sintió conmovido por las condiciones de vida de las familias del monte, de la atención de la salud pública, el calor agobiante del verano y la vida diaria de la gente de la ciudad.
Hoy, esa memoria adquiere nuevo valor, sobre todo por las intenciones que tuvo este investigador de historias populares, de recuperar la mirada de El Che sobre ese Santiago del Estero de mitad del siglo XX.
Las crónicas de Cuozzo: testigo de una siesta histórica
Muchas de las memorias de Rojas Cuozzo fueron publicadas en Nuevo Diario. Una de esas crónicas se difundió 2007, cuando el empresario santiagueño Ricardo Dalale supo también hacer su aporte sobre la visita de El Che al club de sus amores. En uno de sus viajes a Cuba, Dalale encontró el libro Che desde la memoria, de la autora María del Carmen Ariet, quien citó un pasaje del joven Ernesto Guevara en su visita a Santiago del Estero, cuando todavía era estudiante de Medicina de la Univerisdad de buenos Aires.
“Con este valiosísimo antecedente -narró Cuozzo- puedo manifestar con absoluta certidumbre que una siesta tarde, estuvo en el estadio del club Atlético Mitre”.
“El Che estuvo ubicado a 3 o 4 escalones de la parte superior de la tribuna y a unos 2 o 3 metros del muro lateral que está hacia el este. Estuve un escalón más arriba y lo observaba en su silencio y con su perfil del rostro y sus brazos ennegrecidos por la acción de los rayos solares. Comentaban que era un ciclista que realizaba un viaje por el norte del país. La bicicleta estaba equipada con un pequeño motor”, contaría el investigador.

El Che y los gritos del tablón
Don Pedro también contaría un hecho jocoso, que fue cuando Guevara se quitaba la boina negra o se ponía de pie para desentumecerse, y desde diversos lugares de la tribuna le gritaban: “Sacate el talco”, que era sinónimo de “Cortate el pelo”, ya que lo tenía largo.
“Del ciclista que recorría el país nos enteramos de su nombre y por siempre me quedó grabado su rostro, por la simple razón de encontrarle un parecido al de uno de mis tíos maternos que deportivamente practicaba ciclismo”.
Por supuesto que Rojas Cuozzo nunca supo en ese entonces de quien se trataba, pero le intrigaba su presencia, en la tribuna de ese joven foráneo que después sería conocido mundialmente como Ernesto “Che” Guevara.
“Lo vi partir con el mismo silencio con el que llegó…”
Cuando el guerrillero ya había fallecido (9 de octubre de 1967) y ante la publicación de fotos de diversas etapas de la vida de El Che, al historiador de vivencias de Santiago se le presentó aquel rostro que quedó grabado en su memoria, durante esa siesta de los años 50 a la que hizo referencia, observando como muchos santiagueños, a un joven motociclista con su boina, conociendo Santiago y disfrutando de un partido cualquiera en la cancha de Mitre.
Texto y recopilación de fuentes: Omar Estanciero (De la redacción El Librepensador).
Otras fuentes: “Diarios de motocicleta”: a 70 años del viaje que transformó a Guevara en el Che, de Daniel Cecchini (Infobae, 4 de enero de 2022).
Crónica de Pedro Rojas Cuozzo: A 80 del natalicio de Che Guevara (Nuevo Diario – 2007).
La primera entrevista al Che Guevara, por Facundo Sinatra Soukoyan, (Página 12, 5 de febrero de 2023).
El Che en Santiago, (de Juan Manuel Aragón: http://sgodelest.blogspot.com/)
El pensamiento político de Ernesto Che Guevara, de María del Carmen Ariet García (https://rebelion.org/).