Día Mundial del Asma: claves para entender y controlar una enfermedad crónica
Afecta a más de 4 millones de personas en Argentina y a más de 260 millones en todo el mundo. Aunque no tiene cura, puede controlarse con tratamiento y prevención.

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes. Sus causas varían desde infecciones virales hasta alérgenos y estrés. Puede causar síntomas como tos persistente, silbidos al respirar y sensación de opresión en el pecho.
Especialistas destacan la importancia de conocer los factores desencadenantes y seguir un tratamiento con inhaladores. La educación y la prevención son fundamentales para evitar crisis y mejorar la calidad de vida.
Los síntomas
Los síntomas más comunes incluyen tos persistente, silbidos al respirar, dificultad para respirar incluso en reposo y una sensación de opresión en el pecho. En muchos casos, estos síntomas se intensifican con el ejercicio o por la noche.
Cuando los síntomas se agravan repentinamente, hablamos de una crisis asmática. En estos casos, la falta de aire puede volverse severa, acompañada de dificultad para hablar, sudoración, y necesidad de hacer un gran esfuerzo para respirar. Si esto ocurre y la persona no cuenta con un plan de tratamiento, es fundamental acudir a una guardia o centro de salud de inmediato.
Aunque no se puede curar, el asma sí puede controlarse con un tratamiento adecuado. Este se basa en tres pilares:
- Prevención: conocer la enfermedad y evitar los desencadenantes.
- Educación: tanto el paciente como su entorno deben estar informados sobre cómo actuar ante síntomas o crisis.
- Tratamiento farmacológico: los medicamentos se administran principalmente mediante inhaladores. Los inhaladores pueden contener broncodilatadores que alivian los síntomas abriendo las vías respiratorias; o corticosteroides, que reducen la inflamación. Muchos pacientes deben usarlos a diario según la frecuencia e intensidad de sus síntomas.