¿Cuánto se sabe del paso de San Martín por Santiago del Estero?
Recordarlo, es tener presente la gesta libertadora y el aporte a la misma, con hombres, animales y pertrechos, de la sociedad santiagueña.
Colaboración de María Mercedes Tenti*
Luego de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma sufridas por el Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, a fines de 1813 el Segundo Triunvirato encomendó al entonces Coronel José de San Martín el mando de las fuerzas que debían marchar en auxilio -unos mil doscientos hombres- y la jefatura del ejército. Tanta cantidad de hombres transitaban con caballos y mulas y llevaban los víveres y armamentos en pesadas carretas.
El viaje era lento y tortuoso, por caminos sinuosos e intransitables, por lo que debían detener su marcha, a lo largo de las postas, para alimentar y hacer descansar animales y tropas. Junto a San Martín, marchaban también doscientos cincuenta granaderos a caballo y cien artilleros montados. A todo esto debemos sumar la enfermedad del Libertador y los calores tórridos del verano que dificultaban y hacían aún más lenta la travesía.
Era función de San Martín ir incorporando reclutas, a lo largo del camino, y disciplinarlos para la lucha. Los gobernadores y tenientes de gobernadores de los pueblos del interior colaboraban enganchando hombres, además de aportar con alimentos, pólvora y ganado en pie.
La notificación del Triunvirato a los Maestros de Postas, para que preparasen la recepción del ejército libertador, se hizo con urgencia.
Teniendo como fuente la documentación inédita analizada por el historiador Alfredo Gargaro, las postas correspondientes al territorio santiagueño eran las siguientes, de sur a norte:
AMBARGASTA O REMANSO, en el actual departamento Ojo de Agua; Carlos Peralta era el maestro de posta.
NORIA DE AYUNCHA, en el actual departamento San Martín, a treinta leguas de la anterior; maestro de posta José Sinforoso Santillán.
SIMBOLAR, en el actual departamento Silípica; maestro de posta Bernardo Morales.
SILÍPICA, en el actual departamento del mismo nombre, cerca de la capilla erigida bajo la advocación de la Virgen de Monserrat; maestro de posta José Vicente Rojas.
MANOGASTA, en el actual departamento Silípica, muy cerca de la capilla erigida en honor a Santa Bárbara. El maestro de posta era Bernardo Roldán.
SANTIAGO DEL ESTERO, en la actual capital de la provincia; por entonces eran maestros de posta Roque Jacinto Suárez y Juan Osvaldo Paz.
JIMÉNEZ, en el actual departamento Río Hondo, cercana a la capilla que veneraba al Señor Hallado. Pedro Pablo Soria era el maestro de posta.
VINARÁ, en el actual departamento Río Hondo; José Marcos Jiménez era el maestro de posta.
Generalmente las postas estaban instaladas en estancias de propiedad de hacendados acaudalados, que contaban con lugares para alojar a los viajeros, albergar a los animales y numeroso personal que atendía las tareas del servicio.
Durante el trayecto, San Martín recibió el nombramiento de Mayor General del Ejército Auxiliar del Perú, en reemplazo de Eustaquio Díaz Vélez. Con esta designación quedaba bajo su responsabilidad todo el ejército derrotado, para su reorganización y adiestramiento. El nuevo jefe del ejército se abocó de inmediato a la tarea encomendada, consiguiendo durante los cuatro meses que permaneció en Tucumán levantar la moral de la tropa y disciplinarla.
En el viaje de ida -que duró casi un mes- viajaba entre las huestes el Capitán de Infantería Martín Miguel de Güemes, quien había sido enviado por Manuel Belgrano, castigado a la Capital. Durante el trayecto y los meses que estuvo Güemes con San Martín en Tucumán, seguramente sirvieron para que el futuro libertador tuviera más claro su proyecto emancipador y se convenciese aún más que no era posible el camino por el norte. Lo escarpado del territorio, que atravesaba el actual noroeste argentino hasta Perú, era un flanco fácil de derrotar para los realistas. En el norte bastaba la presencia de Güemes con sus gauchos quienes, a través de la guerra de guerrillas, podían poner una barrera sólida al avance enemigo.
La ruta libertadora debía ser por Cuyo: cruzar la cordillera de los Andes, con varias columnas que sorprendieran al enemigo y luego, una vez derrotados y con la ayuda de los patriotas chilenos, partir por mar al Perú para atacar a los realistas en el corazón del virreinato más poderoso de Sud América.
Convencido de su estrategia comenzó a poner en práctica su plan: en abril de 1914 solicitó licencia a Rodríguez Peña, para reponerse de su enfermedad en Córdoba, al tiempo que le expresaba su anhelo de que se lo nombrara gobernador de Cuyo, para iniciar desde allí la campaña liberadora. Aceptada su licencia, entregó el mando del ejército a Fernández de la Cruz y partió rumbo a Córdoba, atravesando nuevamente los polvorientos caminos santiagueños.
El 22 de mayo desde Loreto escribió a Manuel Belgrano, que se encontraba en la ciudad de Santiago del Estero. Por la fecha de esa carta y de la que escribió a Fernández de la Cruz el 29 de mayo, diciéndole que comenzaba la ‘travesía’ a Córdoba -es decir que iba a cruzar las salinas-, se infiere que entre los días 23 y 26 de mayo permaneció en nuestra ciudad.
Teniendo en cuenta que el 25 de mayo se cumplía el cuarto aniversario de la revolución de mayo el hay quienes concluyen en que ambos próceres participaron de la ceremonia de la celebración maya (hecho no comprobado) y que el Cabildo ordenó pasear por la ciudad la bandera de la patria creada por Belgrano.
Si bien el paso del libertador por Santiago del Estero fue fugaz, recordarlo es tener presente la gesta libertadora y el aporte a la misma, con hombres, animales y pertrechos, de la sociedad santiagueña. Mientras Europa sucumbía presa del despotismo, el ideal de libertad fraterna, enarbolado por San Martín, encontró eco a lo largo de los caminos que transitaba, logrando que las poblaciones se pusiesen al servicio de la causa emancipadora.
*MARÍA MERCEDES TENTI. Es miembro de la Academia Nacional de Historia. Doctora en Ciencias Sociales (UNT, Summa Cum Laude), Magíster en Estudios Sociales para América Latina (UNSE); Especialista en la Enseñanza de la Educación Superior (UCCU); Licenciada en Historia (UNCa); Profesora en Historia (ISPP N° 1); Profesora de grado, posgrado e investigadora de UCSE, UNSE y UNLaR; Profesora visitante en la Universidad de Pasäu (Alemania). Publicó libros, capítulos de libros y trabajos especializados –a nivel nacional e internacional- sobre Historia Latinoamericana, Argentina y de Santiago del Estero, sobre historia política, social y económica, Historia de la Educación e Historia de la Iglesia, entre otros trabajos.
Bibliografía
Díaz de Raed, Sara (1978): San Martín en Santiago del Estero, Santiago del Estero.
– Instituto Nacional Sanmartiniano (2007): Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo XIX, Buenos Aires.
– Gargaro, Alfredo (1950): Itinerario de San Martín al Ejército del Norte y abrazo con Belgrano en Tucumán, Santiago del Estero.
– Lizondo Borda, Manuel (1978): San Martín y Tucumán, Junta Conservadora del Archivo Histórico de Tucumán, Tucumán.
– Mitre, Bartolomé (1977): Historia de San Martín y la independencia americana; EUDEBA, Buenos Aires.