Conocé la trayectoria de Luis Américo el “Loco” Valoy, gloria del fútbol santiagueño
El crack se ganó el respeto de compañeros, rivales y tribunas. Un futbolista completo.
Tras padecer una larga dolencia, este domingo se conoció el fallecimiento de Luis Américo Valoy, ídolo del fútbol santiagueño.
Nacido el 1 de enero de 1958 en La Banda, la carrera profesional de Luis Américo Valoy comenzó en 1974 en el Club Atlético Sarmiento. Su talento como mediocampista lo llevó rápidamente a trascender las fronteras provinciales.
Entre 1978 y 1981, brilló en Atlético Tucumán, donde jugó 42 partidos y fue protagonista de una etapa dorada. Conquistó tres títulos del Torneo Regional del NOA (1978, 1979 y 1981) y formó parte del plantel que alcanzó un histórico tercer puesto en el Torneo Nacional de 1979, una de las mejores campañas del club en la máxima categoría.
Racing y el salto a Primera División
Su destacada actuación lo llevó a Racing Club de Avellaneda, donde jugó en la temporada 1982/1983. Con la camiseta de la Academia disputó 23 partidos en Primera División, mostrando su solvencia en uno de los escenarios más exigentes del país.
Central Córdoba, su casa
En 1983 regresó a su tierra para vestir la camiseta de Central Córdoba, donde vivió algunos de los momentos más exitosos de su carrera. Fue campeón del Torneo Apertura y del Torneo Clasificación 1983, y repitió títulos en el Apertura y Clausura 1984 de la Liga Santiagueña de Fútbol.
En su segundo ciclo con el Ferroviario, entre 1990 y 1992, disputó 55 partidos y se consolidó como ídolo del club, dejando una huella imborrable en la historia de la institución.
Un guerrero del ascenso
El “Loco” Valoy también tuvo un extenso recorrido por el ascenso argentino. Entre 1984 y 1986 jugó 76 partidos y marcó un gol en Deportivo Morón. Luego vistió las camisetas de Chacarita Juniors (1986/1987), Deportivo Laferrere (1987/1988), All Boys (1988/1989) y Argentino de Quilmes (1989/1990), siempre dejando su sello de compromiso y entrega.
Un legado de pasión y respeto
Apodado “Loco” por su carácter apasionado y su garra en cada jugada, Valoy se ganó el respeto de compañeros, rivales y tribunas. Fue un futbolista completo, de fuerte personalidad, que nunca se alejó de su provincia ni de su gente.
Hoy, el fútbol santiagueño lo despide con dolor, pero también con orgullo. Porque el legado de Luis Américo Valoy —hecho de esfuerzo, títulos y amor incondicional por la camiseta— seguirá vivo en cada rincón donde alguna vez la pelota rodó bajo su mirada intensa y su corazón de guerrero.
