Ciclo, cuerpo y emociones: cómo cambia la energía femenina a lo largo del mes
Cada fase del ciclo menstrual trae cambios físicos, emocionales y energéticos. Aprender a reconocerlos puede mejorar tu bienestar, productividad y vínculo con tu cuerpo.
Durante años se nos enseñó a ignorar o esconder todo lo relacionado con el ciclo menstrual. Sin embargo, cada fase tiene una influencia real en cómo nos sentimos, cuánto podemos rendir y qué necesita nuestro cuerpo. Conocer estos cambios puede ayudarnos a cuidarnos mejor y a soltar la exigencia de “ser iguales todos los días”.
La fase folicular, que comienza tras la menstruación, es ideal para iniciar nuevos proyectos: la energía sube, el estado de ánimo mejora y el cuerpo responde con fuerza. Luego llega la ovulación, el pico de creatividad, comunicación y deseo. Es una etapa óptima para reuniones, decisiones importantes o actividades sociales.
La fase lútea, en cambio, trae un descenso gradual de energía. Aparecen la irritabilidad, la fatiga o la necesidad de introspección. En esta etapa conviene priorizar el autocuidado, la organización suave y el descanso consciente. Finalmente, durante la menstruación, el cuerpo pide pausa: es el momento de soltar, revisar y renovarse.
Alinear nuestras rutinas con el ciclo no es un lujo, es una forma de escucharnos. No somos inconstantes: somos cíclicas, y entenderlo es el primer paso para vivir con más empatía hacia nosotras mismas.
