China pone freno a los influencers: solo podrán hablar quienes tengan formación profesional
La iniciativa reabre el debate sobre los límites entre la libertad de expresión y la responsabilidad profesional.

Mientras la Justicia argentina y el Colegio de Nutricionistas bonaerenses apuntan contra el influencer Santiago Maratea por recomendar productos para “bajar de peso” sin ningún tipo de respaldo científico, del otro lado del mundo –a 19 mil kilómetros distancia–, China toma medidas para combatir la desinformación digital.
Así, China se convirtió en el primer país del mundo en exigir que los influencers que hablen sobre temas sensibles como medicina, derecho, educación o finanzas acrediten formación universitaria o certificación oficial.
La medida busca combatir la desinformación digital y garantizar un “ciberespacio saludable”, según explicaron autoridades del país.
La normativa, vigente desde principios de mes, alcanza a plataformas como Douyin, BiliBili y Weibo, que deberán verificar los títulos de los creadores. Quienes incumplan podrán ser multados con hasta 14 mil dólares o perder sus cuentas.
La iniciativa reabre el debate sobre los límites entre la libertad de expresión y la responsabilidad profesional.
Especialistas señalan que no se trata de censura, sino de regular la difusión de información técnica, especialmente en áreas donde los consejos erróneos pueden poner en riesgo la salud o la economía de las personas.
La creciente influencia de los creadores de contenido sobre los usuarios, incluso en detrimento de los medios tradicionales, obliga a pensar nuevos marcos regulatorios.