DestacadosJudiciales

Las víctimas de la masacre de Monte Quemado se recuperan del horror perpetrado por Ábalos

Ahora sobreviene el desafío más grande que será superar el trauma de la locura homicida del policía Nicolás Ábalos, quien disparó a quemarropa contra cinco miembros de su familia y se quitó la vida.

Las víctimas sobrevivientes de la masacre cometida por el policía Nicolás Ábalos el viernes a la madrugada, en Monte Quemado, se recuperan de sus heridas de bala, pero ahora enfrentan el mayor desafío de la pérdida de sus familiares y el trauma de la locura criminal.

 

Lorena Navarro, quien recibió un disparo en la cara, se encuentra en una situación delicada pero estable. La bala le atravesó el maxilar y salió por su oreja, lo que provocó lesiones severas en la cara. La mujer fue intervenida en dos ocasiones en el Centro Integral de Salud (CIS) de La Banda, donde los médicos continúan observando su evolución.

 

La recuperación de Lorena será larga y complicada, tanto en el aspecto físico como emocional. La mujer enfrenta el dolor de perder a su hija, mientras lidia con las secuelas de las heridas. Los médicos destacan que, además de las cirugías, necesitará un acompañamiento psicológico para afrontar el hecho traumático. En algunos videos que se viralizaron de esa noche se la escucha gritar desconsolada “mi bebé”: la niña recibió un disparo en el hombro, pero murió desangrada.

 

Víctor Navarro, el exsuegro de Ábalos, también sufrió graves heridas. Recibió un disparo en el abdomen, que requirió intervención quirúrgica. Afortunadamente, la operación fue exitosa, y está estable.

 

Sin embargo, la recuperación de Víctor será lenta y los médicos continúan vigilando de cerca su evolución. Señalaron que está fuera de peligro, pero que las secuelas físicas del disparo podrían acompañarlo durante un largo proceso de rehabilitación.

 

El hijo de Lorena, quien logró escapar de la masacre, fue el sobreviviente que menos lesiones tuvo. El niño quedó herido en ambas piernas debido a las esquirlas de las balas que llegó a disparar su padre mientras lo perseguía, pero su estado de salud es estable y no corre peligro. El niño se salvó porque se escondió entre unas plantas y chatarras, fuera de la casa. Fue entonces que Ábalos resolvió suicidarse en la vereda.

Actualmente, el niño se encuentra en un centro pediátrico Cepsi, y los médicos esperan darle el alta en las próximas horas. A pesar de su pronta recuperación física, se prevé que también necesite apoyo psicológico para superar el trauma de haber presenciado la muerte de su hermana, su abuela y el intento de asesinato de su madre.

 

Ábalos vivía en la casa que la pareja había compartido cuando aún estaban juntos, en diagonal al domicilio de los padres de la mujer. Lo que se sabe es que esa noche Lorena salió corriendo de la casa de Ábalos y cruzó la calle para pedir ayuda a su familia. El policía la perseguía con una pistola en la mano. Segundos después, el agresor derribó la puerta a patadas y desató una feroz balacera.

 

Aún no se sabe en qué orden empezó a dispararle a las víctimas, pero en medio de la masacre, mató a su beba y a su exsuegra, Olga Cuellar, de 62 años, quien trató de ocultarse detrás de una puerta. Además, baleó en la cara a su expareja y a su exsuegro, Víctor Navarro, de 64. Su hijo de 9 años también sufrió heridas.

 

Poco después, Ábalos salió hasta la vereda a buscar al nene, que había escapado corriendo de la casa, y vio a un vecino que al escuchar las detonaciones había salido a la vereda. En ese momento, el asesino levantó el arma y le apuntó, pero el hombre logró esconderse. Después, el atacante se dirigió a la puerta del almacén de sus exsuegros y se disparó en el mentón. Murió en el acto.

 

El fiscal Santiago Bridoux, encargado de la causa, confirmó que el agresor utilizó “dos pistolas diferentes” durante el ataque, una de 9 mm y otra de 45 mm. “Entendemos que su decisión era matar a toda la familia”, expresó en diálogo con TN.

 

Al principio, se barajó la hipótesis de un “fuego cruzado”, ya que había vainas servidas de distintos calibres, pero la evidencia apuntó rápidamente a Ábalos como el único responsable de la masacre.

El historial de violencia del agresor también fue un factor clave en la investigación. En 2021, Ábalos había sido denunciado por su expareja debido a amenazas de muerte, aunque en ese momento no se registraron agresiones físicas.

 

Tras la denuncia, Ábalos fue excluido del hogar y se le impuso una orden de restricción. La pareja, que se había separado, retomó la relación por un tiempo, pero recientemente habían vuelto a separarse, lo que parece haber sido el detonante de esta tragedia.

 

“Esto fue una masacre. Disparó y no le dio chance a nada”, expresó en las últimas horas Víctor, el hermano de Lorena, en la puerta del hospital donde también está internado su papá.

 

“Este hombre estaba mal, tenía que haber sido tratado. Estaba tan enfermo como para pegarle un tiro a su hijita y matar a toda su familia. Tengo mucha bronca por lo que pasó. Ahora vamos a tratar de estar fuerte para afrontar lo que viene”, cerró.

 

El brutal ataque ocurrido en la madrugada del 20 de diciembre en Monte Quemado, Santiago del Estero, dejó a una familia marcada por el horror. Nicolás David Ábalos asesinó a su beba de un año y a su exsuegra, Divina Olga Cuellar, de 62, pero también intentó matar a su expareja, la docente Lorena Navarro, a su exsuegro -productor agropecuario- y a su hijo de 9 años, a quienes les disparó a sangre fría y con dos pistolas.

 

Artículos Relacionados

Volver al botón superior
Open chat
Hola
Ponte en contacto con nosotros.