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Ana Rodríguez: “Debemos estar preparados, como sociedad, para los desafíos de las nuevas tecnologías”

La irrupción de la Inteligencia Artificial implica cambios de hábitos sociales y culturales en ámbitos diversos, entre ellos el trabajo la educación y el mercado que deben tener impacto en las regulaciones. El enfoque de la vicepresidenta segunda del Superior Tribunal.

La vicepresidenta segunda del Superior Tribunal de Justicia, Ana Rosa Rodríguez, sostuvo que para comprender la complejidad de la Inteligencia Artificial (IA) es indispensable hacerlo desde la interdisciplinariedad, en tanto la problemática no se limita solo a un avance tecnológico revolucionario para la humanidad, sino que tiene implicancias profundas en la vida de relación de las personas e instituciones, en el ámbito laboral, educativo y de los negocios, entre otros, por lo que resulta indispensable que se trabaje sobre el marco regulatorio.

 

Desde hace algunos años, la doctora en Derecho del Trabajo y vocal supervisora del Centro Único de Capacitación, investiga en el ámbito académico la incidencia de la IA en diferentes ámbitos, resaltando la importancia de la generación del conocimiento en estas nuevas perspectivas, a fin de analizar los posibles conflictos de intereses y sus efectos legales en una entrevista con el Área de Prensa del Poder Judicial.

 

-¿Qué implicancias tiene la IA Generativa en la vida de las personas?

-La utilización de diversas herramientas tecnológicas justamente resultan ser una de las características distintivas de la Cuarta Revolución Industrial, entre ellas la utilización de la inteligencia artificial, que tanto impacto tiene en los diversos sectores sociales y  fundamentalmente áreas sensibles como el trabajo, la educación, la formación del talento y el mercado.

La IA, así como puede darnos muchos beneficios en cuanto a utilizarlo como una herramienta en nuestra tarea y vida cotidiana, también presenta riesgos éticos y legales. Por lo tanto, es importante que nosotros, como sociedad, estemos preparados para afrontar esos desafíos que implica la instrumentación de estas nuevas tecnologías.

 

-¿Por qué es importante la recolección de datos personales?

-Los datos en general y los personales, en particular, constituyen el alimento de la Inteligencia Artificial por lo que resulta un tema de fundamental el abordaje los datos personales, porque son justamente los que identifican a una persona y la hacen diferente de otra; pueden ser datos simples, como el nombre el domicilio pero los hay más complejos y que hoy han cobrado gran relevancia en la era digital, como son los datos personales biométricos.

 

-¿Qué son los datos biométricos?

-Dentro de los datos personales, los datos biométricos son aquellas características fisiológicas que distinguen a las personas, como las huellas digitales, el iris del ojo, la geometría de las manos, el reconocimiento facial y también la voz. Ahora, que se copian las voces y se las reproducen; no es un fenómeno que hayamos visto en una película futurista, sino que ya nos está pasando en la sociedad de todos los días.

También se clonan imágenes de personas diciendo cosas, pero partiendo de datos que ya han sido cargados. Ya no se usa solamente el reconocimiento facial, el iris del ojo y las huellas digitales, sino también biometrías que estudian la forma en que se camina y las reacciones ante determinados fenómenos.

Hay una ciencia que lo estudia, como la biometría del comportamiento, que justamente identifica a las personas mediante la recopilación y análisis de datos sobre cómo una persona realiza ciertas acciones repetitivas desde la forma de caminar a la forma en que hace los clickeos en el teclado de su computadora así como velocidad clics y la forma en que el usuario arrastra el cursor; Interacción con pantallas táctiles, entre otras.

 Hoy, a través de lo que conocemos como la Inteligencia Artificial Generativa, se generan texto imágenes  y videos, por lo que es muy fácil falsear y hacer parecer como real algo que verdaderamente no ha existido y tiene que ver justamente con la carga y el procesamiento de esos datos personales y biométricos.

-¿Qué otra aplicación se le está dando a los datos obtenidos mediante esta herramienta?

-En el ámbito laboral, se está usando para medir la productividad de los trabajadores, para medir el cansancio, el entusiasmo, situaciones de ira, de alegría y satisfacción.

Es decir, le hemos cargado a la IA de manera tal que puede predecir futuros comportamientos, sobre la base de parámetros que previamente se le han proporcionado  y luego ha aprendido de esos datos. Esas predicciones sirven en el momento de la toma de decisiones, tales como dirección de una campaña de marketing, decidir una inversión o despedir a un trabajador/a.

 

-¿Estas prestaciones de la IA tienen implicancias éticas y legislativas?

-Lo importante es que los principios éticos trasciendan la ética y tengan consagración legislativa. Me parece que es importante que empecemos a ocuparnos en regular a la IA. Europa ya ha dado el paso fundamental en el año 2024, con el Reglamento de IA, que es un paso pionero en esta materia; otros países lo están imitando, justamente para salvaguardar los principios éticos que tienen que ver con la transparencia, la explicabilidad de los sistemas para evitar los sesgos, las cajas negras que pueden existir en los algoritmos que son fórmulas matemáticas que hoy deciden diversos aspectos relacionados con la gestión de las organizaciones.

 

-¿De qué manera se puede dar transparencia a la información que dispone la IA?

-Saber efectivamente de donde proviene y de donde se han construido los datos. Un dato después se convierte en una información, por lo que pasa por un proceso para llegar a ese estado. El tema es que si esa información ha sido alimentada con otros elementos, que no son transparentes y que no son explicables al titular del dato, se genera un problema.

La “explicabilidad” es uno de los principios fundamentales y la transparencia para saber que esos algoritmos, que así se le llaman a las fórmulas matemáticas que manejan la trastienda de lo que es la inteligencia artificial, no partan de preconceptos o lo que se llaman comúnmente sesgos, que es lo que determinan la inclinación, que después termina asumiendo la información a favor o en contra de alguien. Ahí, efectivamente, se produce una consecuencia discriminatoria.

 

-¿Qué marco legislativo tiene el país para regular la utilización de la IA?

En la Argentina, en materia de datos y de datos personales que son los que nutren a la IA, si bien es cierto hemos tenido varios proyectos de modificación que han perdido estado parlamentario, tenemos vigente una ley del año 2020, cuando los teléfonos celulares no eran como se los concibe hoy, ni la digitalización había llegado a la evolución actual.

Entonces, creo que es necesario una regulación, sobre todo basada en tres pilares fundamentales: una ley de protección de datos, que introduzca todas las modificaciones producto de la evolución tecnológica, pero respetando principios que deben ser inalterables, como la licitud, la transparencia, la explicabilidad y la finalidad de la recolección de los datos.

También que contemple la posibilidad de incorporar el principio general del derecho al olvido. La Corte Suprema de Justicia se expidió sobre una causa muy mediática sobre el tema. Es decir que ese dato o información, que en algún momento sirvió para decidir alguna cuestión, después pueda ser borrado o eliminado.

En los Tribunales y Cámaras Civiles, a nivel nacional, hay presentaciones sobre derecho a la imagen, porque han quedado vínculos de internet en que se pone el nombre de una persona  e inmediatamente la vincula, por ejemplo, con una  página pornográfica. O como les sucedió a políticos, con  cuestiones que tienen que ver con determinados delitos que se les pretende endilgar.

Todas esas cuestiones están involucradas en el tema de la ley de protección de datos.

Por otra parte, como un segundo paso trascendental, es necesaria una regulación específica de la IA que garantice esos principios. Ésta  se alimenta de datos, por eso es fundamental una modificación de la ley de protección, pero también una ley que regule éticamente a la IA.

 

-¿En qué otro aspecto resulta clave contar con una legislación actualizada en la materia?

-Fundamentalmente, dicen los expertos, por la interoperabilidad de los sistemas, o sea, que a nosotros nos permita generar relaciones en un mercado digital global, que es a lo que se aspira en definitiva obtener una regulación flexible que no sea un obstáculo del desarrollo tecnológico.

Si nosotros no tenemos normativas adecuadas, después se nos va a empezar a cerrar el mercado. Lo importante de esta cuestión, más allá de la cuestión privada, es fundamental tenerla en cuenta en nuestro diario trajinar y actividad.

También es la posibilidad que tiene el país de insertar a los mercados globales porque justamente se están cumpliendo determinadas normativas que garanticen que se van a respetar los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la privacidad,

Que todas las empresas que se relacionen en ese mercado respeten los principios de privacidad, porque me parece fundamental que el cliente a la hora de operar o efectuar transacciones, al momento de negociar con una empresa, sepa que sus datos van a mantenerse protegidos. Eso también hace al valor reputacional de las empresas, por lo que entiendo resulta importante trabajar en ese sentido.

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