Adolescencia, cuando el mundo es un lugar brutal
Crítica de la serie de Netflix que es furor. Por Juan Ignacio Gómez.

Un grupo de policías irrumpe en una casa. Rompen la puerta e ingresan con violencia. Podrían haber golpeado la puerta, pero es madrugada y tienen orden de allanamiento y detención. Es que murió alguien. El delito es grave y el sospechoso está en el inmueble. No hay allanamientos fáciles, ni son un juego de niños.-
El tema aquí es que se busca a un menor de 13 años, es imputable según la ley que rige en Inglaterra. No ofrece resistencia, y se nota que tiene miedo, se orina en sus pantalones en medio de los gritos y el desconcierto de toda la familia. Nadie explica nada. Con el paso de las horas se tratará de dilucidar qué pasa. Solo bastan unas cuantas preguntas para que la detención sea legal. Con eso es suficiente.. Estamos en el primer capítulo de “adolescencia”, la brutal seria de Netflix, faltan 3 capítulos, de igual bestialidad.-
Cuesta un poco entender cómo se somete a un proceso judicial a un menor de 13 años. La serie es muy gráfica en este punto, explicando con detalles la participación de sus padres, el lugar de detención, los organismos públicos de representación y defensa. Futuro que puede acontecer en nuestro país de aprobarse los proyectos que están hoy en el Congreso Nacional.-
Ahora, “Adolescencia” no es solo eso. Para nada. Diría que es solo una parte. La educación que se describe es caótica, plagada de violencia, de bulliyng, de abuso de redes sociales, una juventud hiperconectada que sufre el abandono de los padres y la falta de comunicación. El mundo que nos propone es disruptivo, no hay reglas posibles. Puede parecer por ratos exagerado, pero no desprovisto de verdad real.
La serie, en sus cuatro capítulos, sigue el formato “plano secuencia”, o sea, es en tiempo real y parece que no se corta la cámara para dividir las escenas. Eso otorga una sensación de realismo que aumenta el estupor y la asfixia. Se siente todo lo que sienten los personajes. Desde la confusión de no saber que pasó, hasta la culpa de los padres por lo que está pasando. Es que nadie es inocente, habrá que ver en qué posición se coloca el espectador, pero en estas historias, nadie se puede percibir como víctima. O todos lo son. Quizás todos son víctimas y victimarios. Vivir en esta sociedad moderna capitalista de redes sociales, es difícil.-
Hace unos años, “tenemos que hablar de Kevin” (2011, Lynne Ramsay) seguía a la gran Tilda Swinton en su peripecia como madre de un niño que había protagonizado una masacre, más de un punto en común con “adolescencia”. ¿Cómo se hace para vivir? ¿Cómo se maneja la culpa de los padres? ¿Cómo se pretende que la sociedad entienda o se empatice con los padres de un menor sospechado de cometer un crimen tan brutal? Muy difícil, eso sí, la serie busca siempre que entendamos a los padres, quiere que les saquemos la mochila de sus culpas. Se sitúa en un lugar de defensa, comprensión y acompañamiento, más allá de no mostrarlos como inocentes.-
Adolescencia fluye en la crueldad pura, en actuaciones memorables. Busca destrozar al espectador. No es un mundo bueno el que muestra, quizás el mundo no es bueno, o no es del todo bueno. Una crítica a someter a un menor a un proceso judicial, una descripción de la vida en una escuela secundaria, una entrevista a una psicóloga plagada de diálogos potentes, de idas y vueltas cargadas de violencia y una familia que tiene que seguir adelante, a pesar de todo. El espectador, mirando y esperando que el mundo sea un buen lugar, “what A Wonderful world””, como decía el maestro Louis Armstrong.
ADOLESCENCIA, 2025, de Jack Thorne y Stephen Graham
SERIE DE NETFLIX. 4 CAPITULOS DE 50 MINUTOS APROXIMADAMENTE CADA UNO
ELENCO: STEPHEN GRAHAM, ERIN DOHERTY, CRISTINE TREMARCO, OWEN COOPER.