“Investigar en la Antártida nos permite comprender mejor los procesos que afectan nuestro planeta”
Conocé la historia de la científica santiagueña María Luss Salatino, su lucha por defender la ciencia y por qué lo que ocurre en la Antártida, juega un papel crucial en nuestras vidas.
Por Omar Estanciero
Pese a cualquier adversidad meteorológica extrema y su inhospitalidad, la Antártida Argentina es increíblemente un lugar maravilloso. Lo es para los ojos de muchos turistas que se animan a conocer ese lugar recóndito en el mundo, pero lo es mucho más para quienes están en el mundo de la ciencia e investigan a fondo su gran biodiversidad.
El amor por la naturaleza nos puede acercar a vivir momentos muy asombrosos, y ese fue el sueño que cumplió María Luss Salatino, una joven santiagueña, Licenciada en Biología Marina, egresada de la Escuela Superior de Ciencias Marinas (Escimar) de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) en San Antonio Oeste de Río Negro, y que desde el 28 de diciembre último se encuentra en la Base Carlini, la principal base argentina donde se realiza investigación científica permanente en la Antártida.
María Luss tiene 27 años y llegó a la biología marina sin conocer el mar, pero sentía que algo relacionada a ese amor por la naturaleza la atrapaba y fue en busca de ese gran sueño. Seguramente mucho tendrá que ver en su formación lo que vio de su madre, Isabel Brandán, hoy funcionaria de la Subsecretaría de Medio Ambiente de Santiago del Estero, muy comprometida en el estudio de mitigación e impacto del cambio climático, entre otros temas que hacen al control y fiscalización de problemáticas ambientales existentes en esta provincia. Y también su padre, Luis Salatino, quien junto al resto de sus familiares la apoyaron en sus estudios universitarias para que hoy pueda desempeñar con creces su labor profesional.
Como muchos investigadores argentinos allí radicados, la joven santiagueña está expuesta a temperaturas extremas de hasta 18 grados centígrados. Muchas veces la sensación térmica suele ser de hasta 30 bajo cero. Tienen pocas horas de luz y el viento es un factor determinante.
En una entrevista con El Librepensador, María Luss Salatino contó cómo son sus días en la Antártida Argentina y el por qué de hace ciencia en ese lugar recóndito del mundo. “Estar acá es afirmar nuestra soberanía en este territorio. La ciencia es soberanía y sin ella no hay futuro”.
¿Cómo se dio la posibilidad de experimentar tu profesión en la Antártida?
-Me presenté a una convocatoria laboral que realiza a nivel nacional el Instituto Antártico Argentino (IAA). La misma está enfocada en la búsqueda de personal científico para realizar tareas de campo y laboratorio para diversos proyectos científicos del IAA durante aproximadamente 13 meses en la Base Científica Carlini, Antártida Argentina. Luego de una serie de entrevistas laborales y de exámenes psicológicos y médicos me confirmaron que estaba seleccionada para realizar la Campaña Antártica de Invierno 2024.
Frente ante tanto negacionismo del cambio climático ¿qué aportes relevantes crees que esté haciendo la ciencia argentina para mitigar este problema global?
-La ciencia argentina está haciendo contribuciones significativas para abordar el cambio climático, a pesar de sus desafíos y limitaciones. Algunos de sus aportes incluyen diversos estudios científicos sobre impactos en la biodiversidad, desarrollo de energías renovables, educación y conciencia ambiental y participación activa en proyectos internacionales.
¿Por qué es importante investigar en la Antártida?
-La Antártida es un continente único y fascinante que juega un papel crucial en nuestra vida. Investigar en la Antártida nos permite comprender mejor los procesos que afectan nuestro planeta, desde el cambio climático hasta la evolución de la vida. En este continente, científicas y científicos de diversas disciplinas realizan investigaciones interconectadas en áreas claves como la dinámica del cambio climático, monitoreando el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar y los cambios en la temperatura, para predecir y mitigar sus impactos globales. Proyectos sobre los impactos en la biodiversidad y la conservación del medio ambiente, monitoreando la salud de los ecosistemas antárticos y desarrollando estrategias para proteger la vida que rodea al continente. A su vez, se realizan estudios geológicos, analizando rocas y fósiles que datan de millones de años, para entender la formación y evolución del planeta y estudios sobre astronomía y física espacial. También, se fomenta la cooperación internacional colaborando entre países y disciplinas científicas para abordar desafíos globales.
Investigar en la Antártida nos permite avanzar en nuestra comprensión del planeta y su futuro, mejorando nuestra capacidad para enfrentar los desafíos ambientales, científicos y sociales que afectan a nuestro día a día.
¿Qué lugar ocupa hoy en tu vida Santiago del Estero?
-Santiago del Estero es más que mi lugar de origen; es donde reside mi familia, mi apoyo incondicional y mi mayor amor y admiración. A pesar de no vivir en la provincia desde hace 9 años, siempre será el lugar al que deseo volver. La conexión familiar es fundamental en mi vida y me inspira a seguir adelante. Mi regreso a Santiago, después de mi experiencia en Antártida, será un momento especial para reencontrarme con mi familia y recargar energías antes comenzar nuevos desafíos.
¿Qué consejos le darías a jóvenes en formación académica y que sueñan con trascender y ser reconocidos en su disciplina?
-A los jóvenes en formación académica les diría que sigan sus sueños y trabajen para cumplirlos y sobre todo es fundamental no rendirse ante los obstáculos. Aprovechen las oportunidades y aprendan de los desafíos para desarrollar habilidades claves para sus áreas de trabajo. No tengan miedo a equivocarse, sean buenas personas, empáticas y compañeras.