Ciencias

Equipo de Agronomía pone en marcha un invernadero que podría ser modelo en la provincia

Recuperaron una vieja estructura abandonada para construir un invernadero, que entusiasma a docentes y alumnos. Utilizan tecnología y técnicas no contaminantes para combatir malezas y plagas, o el fertirriego.

Un equipo de estudiantes y docentes de la carrera de Agronomía de la Universidad Nacional de Santiago de Estero (UNSE) comenzaron a recuperar una vieja estructura de hierro que tenía la universidad, para levantar allí un invernadero y realizar las clases de manera práctica, lo que podría convertirse en un modelo para la provincia.

 

Esta iniciativa entusiasmó a muchos para cooperar con este emprendimiento productivo, que en noviembre dará sus primeros frutos (pimientos y tomates) mientras sirve como aula para clases prácticas que resultan de lo más entretenidas.

 

Juan Carlos Prieto y Lourdes Bravo Bolañez son tesistas y ya se convirtieron en ayudantes de cátedra de su facultad. Contaron que decidieron darle una nueva oportunidad a una vieja estructura abandonada para levantar allí el invernadero. Para empezar el espacio se ha convertido en material didáctico para 22 estudiantes que eligieron cursar la materia optativa de Cultivos bajo cubierta, que antes casi no tenía inscriptos porque los chicos se aburrían aprendiendo a producir hortalizas por las instrucciones de un manual.

 

“Esta era una estructura abandonada y estaba completamente sin uso. Y desde que hemos empezado a cursar el cuatrimestre pasado la materia Sistema de Producción Hortícola, charlamos con los chicos y hemos visto la posibilidad de poder aprovechar esta estructura para hacer este hermoso invernadero”, contó Prieto.

 

Lourdes explicó que “el cuatrimestre pasado, como ayudantes cátedra, vimos que los chicos le iban a poner poco empeño a esta optativa (Cultivos bajo cubierta) que venía abandonada desde la Facultad. Entonces nosotros necesitábamos que mínimamente fueran dos alumnos, o en lo posible un poco más, para que se pueda dictar esta materia. Actualmente son 22 chicos. Ya habíamos visto la parte teórica de tomate, berenjena, pimiento y otros cultivos. Todo estudio nomás, pero faltaba esta parte práctica. Ahora la están viendo”.

 

Por supuesto que, para los tesistas, el progreso del invernadero en tan poco tiempo es motivo de orgullo. Sin embargo, lo que más les complace es poder demostrar, como parte de su proceso investigativo, las diferencias entre producir a campo y hacer estos cultivos intensivos bajo cubierta. Por eso tienen unos surcos adicionales aledaños al invernadero, sencillamente a campo y con otros sistemas conductivos.

 

Ahora, mientras se acerca la primera cosecha y viendo las diferencias entre uno y otro planteo, los docentes comienzan convencerse de que el propio invernadero resulta una gran herramienta tecnológica para acelerar los procesos productivos, en una zona donde las temperaturas superan los 40 grados muchas veces en el año.

 

“En la provincia son muy pocos los invernaderos que hay, capaz que son diez como mucho. Esta forma de producir es muy poco aprovechada en el cinturón hortícola que tenemos. Aquí todo es a campo y muy poco invernadero. Entonces aquí también estamos viendo que sí se puede producir y es una alternativa muy buena”, comentó Prieto.

 

Lourdes agregó, que actualmente están produciendo bajo cubierta tomate, berenjena, pimiento y pepino. Estos mismos cultivos también lo hacen en la pequeña parcela a campo, “para que los alumnos vean los otros sistemas de conducción. Se están haciendo sistema de conducción en espaldera y en lo que es caballetes para lo que es tomate”, detalló

 

A la vieja estructura, devenida en un próspero invernadero, todo el grupo la mantiene productiva mediante un organizado esquema de trabajo, donde los turnos están muy bien establecidos y se extienden fuera del horario de estudio y los fines de semanas, y el uso de las tecnologías acorde al espacio y los cultivos que allí crecen.

 

Y no escatimaron nada con la tecnología: “Tenemos principalmente el riego por goteo y fertilización. Hacemos el fertirriego. Tenemos una computadora que automatiza el riego. Pero ahora hacemos toda la aplicación de la lámina directamente con el fertilizante. Lo preparamos aquí al costado del invernadero con un tanque y lo agregamos por ahí los fertilizantes”, dijo Juan Pablo.

 

Sobre las acciones que realizan, contó la joven agrónoma. “Para control de malezas, era ideal ponerle el plástico (sorbe los surcos) y tener eso controlado. Además, es una labor menos para los chicos, porque como decíamos, esto estaba abandonado y teníamos muy poquito tiempo para trabajarlo. Mientras que para las plagas utilizamos trampas para insectos y repuesto para pulgón, el trips y para la tuta”. (Bichos de Campo).

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