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“La historia oficial nunca le dio a Ibarra el valor que le correspondía”

El historiador y escritor Mario “Pacho” O’Donnell analizó el rol de los caudillos federales y reivindicó la figura de Juan Felipe Ibarra, a quien consideró un símbolo de autonomía y lealtad al pueblo santiagueño.

Mario “Pacho” O’Donnell se define, ante todo, como “un apasionado del revisionismo histórico”, una corriente que, a su entender, busca recuperar una mirada nacional, popular, federal e iberoamericana de nuestro pasado, muy distinta a la que predomina en los manuales escolares.

Desde esta mirada, sostiene la narrativa tradicional que se usó en la historia oficial siempre terminó siendo porteñista y centralista, porque “invisibiliza a los sectores populares, desvalorizó a las mujeres y excluyó a los pueblos originarios, además de haber reducido la figura de los caudillos federales a simples estereotipos de barbarie”, resume.

En contraposición a esa mirada, el historiador, escritor y psicoanalista Mario “Pacho” O’Donnell dialogó con El Librepensador sobre la figura del caudillo santiagueño Juan Felipe Ibarra, en el marco de una reflexión más amplia sobre el federalismo argentino y las injusticias de la historia oficial.

¿Cómo definiría a Juan Felipe Ibarra dentro del proceso histórico argentino?
—Ibarra es una figura sumamente interesante y, sin embargo, la historia oficial —escrita por Buenos Aires y por la oligarquía porteña— nunca le dio el valor que le correspondía. Tras la victoria de los unitarios en las guerras civiles, los vencedores impusieron su versión de los hechos: una narrativa donde los caudillos federales fueron reducidos a la imagen de hombres brutos y bárbaros. Pero en realidad, la mayoría fueron héroes de la independencia que defendieron los intereses del interior frente a la hegemonía centralista. Ibarra fue uno de ellos: un líder con gran respaldo popular y una enorme capacidad política.

¿Por qué cree que esa visión distorsionada sobre los caudillos se instaló con tanta fuerza?
—Porque la historia oficial se construyó con un claro propósito político: derribar las imágenes de los jefes populares. Durante mucho tiempo, se los mostró como enemigos del progreso. Por suerte, esa mirada se está revirtiendo. Muchos historiadores trabajamos para recuperar a esas figuras silenciadas por la historia oficial y, entre ellas, está sin dudas el santiagueño Juan Felipe Ibarra.

Pocos conocen que Ibarra tenía una sólida formación intelectual. ¿Qué puede contarnos sobre ese aspecto?
—Ibarra fue un hombre de una educación avanzada para su tiempo. Estudió en el Colegio Monserrat de Córdoba, aunque debió abandonar los estudios tras la muerte de su padre, para hacerse cargo de su familia. Aun así, su formación le permitió rodearse de gente muy culta, incluso de sectores no federales, lo que demuestra su amplitud de pensamiento y su capacidad de diálogo.

¿Esa combinación de cultura y liderazgo fue común entre los caudillos del interior?
—Sí, sin duda. Muchos de ellos fueron hombres instruidos, con lecturas, ideas y un sentido político profundo. Junto a colegas como Araceli Bellota, Felipe Pigna y Hernán Brienza, trabajamos para poner en valor esas trayectorias. En Santiago del Estero, por ejemplo, tuvieron a Alén Lascano, un gran historiador que siempre admiré y que contribuyó a reivindicar el legado de Ibarra.

¿Qué rasgos considera más destacados en la trayectoria política de Ibarra?
—Ibarra interpretó como pocos el sentimiento de su pueblo. Supo comprender la necesidad de Santiago del Estero de autodeterminarse y separarse de Tucumán, desafiando la decisión del Director Supremo de Buenos Aires. Continuó la lucha de Juan Francisco Borges, otro héroe injustamente olvidado. Y aunque fue aliado de Juan Manuel de Rosas, mantuvo siempre una independencia política notable, especialmente cuando cuestionó la falta de constitucionalidad del país.

¿Esa independencia marcó su legado?
—Sin dudas. Ibarra fue leal al federalismo, pero nunca subordinó los intereses de su provincia. Fue un hombre que defendió la autonomía santiagueña frente al centralismo porteño y ese es su mayor legado: la firmeza de quien supo decir NO a los poderosos en nombre de su pueblo.

En 2013, Pacho” O’Donnell dio una breve semblanza de Ibarra para el programa “Vivo en Arg”, que se emitía por la TV Pública:

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