Un ex futbolista de Estudiantes fue condenado por abusar de una jugadora de hockey
El hoy jugador de Peñarol atacó a la joven en el baño durante una fiesta. En principio cumplirá la condena en un domicilio de La Plata

Diego García, ex jugador de Estudiantes de La Plata que actualmente pertenece a Peñarol de Uruguay, fue condenado a seis años y ocho meses de prisión por abusar de una jugadora de hockey de la institución platense.
En principio el futbolista cumplirá arresto domiciliario en un domicilio de La Plata, con tobillera electrónica, mientras la Cámara de Casación discute la apelación de la defensa del futbolista contra el fallo emitido por el Tribunal Criminal V de La Plata. Sus abogados también intentarán que García recupere la libertad mientras la Cámara toma una decisión.
Al momento de la lectura del fallo, García se desmayó y fue llevado a un hospital para ser atendido, custodiado por efectivos policiales en su condición de detenido.
El abuso por el que fue condenado García ocurrió el 24 de febrero de 2021, cuando Clara B., jugadora de hockey de Estudiantes de La Plata, fue junto con un grupo de amigas a una fiesta organizada por futbolistas de Primera del equipo Pincha en una casa en Abasto, en las afueras de la ciudad. Entre ellos estaba el mediocampista uruguayo Diego García, que había llegado al club en 2019 y había regresado esa temporada tras un préstamo a Talleres de Córdoba.
Al principio todo era normal hasta que en un momento la deportista se levantó para ir al baño. Allí, según la denuncia que hizo en forma inmediata, el futbolista la siguió, ingresó detrás de ella y la atacó sexualmente.
Clara B. fue primero a la Policía, después a Tribunales y finalmente se produjo el juicio oral contra García por abuso sexual con acceso carnal, que se llevó adelante en el Tribunal Criminal V de La Plata. Tanto la querella como la fiscalía habían pedido penas de prisión efectiva. El abogado Marcelo Peña, que representa a la víctima, había solicitado una condena de diez años de cárcel.
En su defensa, García, apodado Demonio, sostuvo que la relación fue consentida. Pero hubo dos pruebas en el juicio que respaldaron los dichos de la denunciante: los audios que se escucharon en la segunda jornada del proceso, en los que minutos después de sufrir el presunto abuso les manda a dos amigos pidiendo que la vayan a buscar inmediatamente, y una imagen de su pómulo inflamado, que avalaría que fue sometida violentamente y agredida ante su negativa a tener relaciones. De hecho, hizo un relato desgarrador de cómo sucedió todo y hubo que parar la audiencia para que se recuperara.
“La mecánica del ataque fue clara, empujón, golpe, inmovilización, violación”, aseguró el fiscal en su alegato.



