Pequeños rituales para empezar el día con calma (aunque tengas 100 cosas por hacer)
No necesitás una hora libre ni una vida perfecta para cuidarte. A veces, solo hacen falta cinco minutos y la decisión de elegirte primero.

Las mujeres solemos estar al servicio de todo: el trabajo, la casa, los hijos, los mandados. Pero ¿y nosotras? Empezar el día con al menos un momento para conectar con el propio bienestar puede cambiar por completo la forma en la que atravesamos las horas siguientes. No se trata de tener una rutina perfecta, sino de incluir pequeños rituales posibles.
Respirar profundo durante dos minutos antes de levantarte, escribir una frase positiva en un cuaderno o estirarte con los ojos cerrados pueden ser formas simples de darle otra intención a la mañana. No importa cuán caótico sea el entorno: ese espacio es tuyo.
Otros rituales que podés probar incluyen escuchar música que te inspire, preparar una infusión que te guste con atención plena, repetir una afirmación frente al espejo o escribir tres cosas que agradecés. No se trata de productividad, sino de presencia.
Cuando arrancamos el día en modo automático, el estrés se instala desde temprano. Pero si lo iniciamos con algo que nos ancle y nos recuerde que valemos, todo cambia. Aunque el día tenga mil exigencias, tu primera palabra puede ser para vos misma.