La biblioteca Sarmiento reivindica su origen masón y exhibe documentos hasta ahora secretos
La Gran Logia de Argentina entregó documentos fundacionales de los masones que crearon esa institución emblemática de Santiago. En una charla abierta su máximo referente habló sobre el origen de esa sociedad, para procurar desmitificar los prejuicios y teorías conspirativas que la sobrevuelan.
El gran maestre de la Masonería Argentina, el ingeniero en ciberseguridad Pablo Lázaro, disertó en la biblioteca Sarmiento y donó las réplicas de documentos que hasta ahora habían permanecido en secreto, sobre los fundadores masones de esa institución.
“Esta biblioteca, que fue creada por masones, hoy cuenta con un convenio de colaboración que hicimos con sus autoridades y la Gran Logia de Argentina con la posibilidad de dar servicios a la comunidad”, enfatizó.
Esos documentos muestran el listado de miembros de la logia 3 de Febrero, en 1894. Entre ellos aparecen dos gobernadores como Antenor Alvarez y Pedro Segundo Barraza, en cuyas gestiones se crearon el hospital Independencia y la Escuela del Centenario, que presentan simbología masónica en su arquitectura. También Napoleón Taboada, intendente de la ciudad. En mayo de este año asumió una nueva comisión de la biblioteca integrada por masones.
“Realmente, para nosotros es una vuelta a casa porque uno ve los símbolos en el edificio, como las águilas bicéfalas, la flor de Lis, las columnas truncas –que es la obra inconclusa, que hay que seguir construyendo- y la verdad que es impresionante para nosotros”, comentó Lázaro. Y destacó el valor educativo como un servicio esencial a la ciudadanía: “Que cada uno saque sus conclusiones desde un lugar científico, eso propone la institución, que no está en contra de la religión, sino que la fomenta, pero como un fenómeno personal, familiar, individual; en la cosa pública, el ámbito científico”.
Los otros dos documentos que fueron exhibidos forman parte de un intercambio epistolar de 1911, dirigido a Juan Sidoli, de una logia de Buenos Aires. Las cartas remitidas desde la logia santiagueña Voluntad menciona al gran maestre Bernardo Irurzun y a Martín Uriondo, donde se destaca su labor por la fundación de la Logia 23 de Febrero, en la biblioteca Rivadavia, y la creación de la Escuela Libertad, en La Banda. Asimismo, se menciona la publicación de la revista “El Compás”, y la organización de una conferencia liberal, a cargo del masón Francisco Gicca, secretario general del Comité Nacional de la Liga del Libre Pensamiento, quien apoyaba la creación de comités feministas en las provincias.
El encuentro efectuado el viernes 30 de agosto fue declarado de interés público por la Cámara de Diputados y los Concejos Deliberantes de Capital y La Banda. La edil capitalina, Gabriela Ortíz, le entregó a Lázaro una copia de la ordenanza aprobada la semana pasada.
DESMITIFICAR LA MASONERÍA
Con respecto a qué es la masonería, el gran maestre explicó que se trata de “una sociedad filantrópica, laica y progresista”. “Los masones no comemos chicos”, bromeó ante el público que colmó el majestuoso salón del primer piso. Lázaro pidió que levantaran la mano quienes por primera vez asistían a un encuentro de este tipo y la mayoría de los presentes lo hizo.
El gran maestre contó que la masonería nació en la Edad Media, con las logias de constructores de catedrales que guardaban los secretos de la arquitectura, pero que fue incorporando otras profesiones para compartir conocimientos, a los que se llama “aceptados”. También afirmó que buscan “alejarse de la polarización, sobre todo la extrema”, para oponerse a los dogmatismos. En Argentina funciona la Gran Logia de Libres y Aceptados y precisó que “un 80% de las logias del país son eclécticas”, porque tratan una diversidad de temas.
Por otro lado, Lázaro recordó que a lo largo de su historia sobrevolaron sobre los masones y los judíos todo tipo de teorías conspirativas, que se instalaron por la negativa a salir a la palestra pública a contestarlas. “Hay un mito de que somos espías y no es así”, aseveró. Y explicó que “juramos por la Constitución Nacional y respetamos la ley, aunque no estemos de acuerdo con todas las leyes”.
En ese sentido, dijo que hubo un tiempo en que las logias fueron secretas por impulsar la lucha contra teocracias, propiciar revoluciones o enfrentar a dictaduras, como sucedió en el continente. Recordó que el Concilio Vaticano II estableció la excomunión para aquellos fieles que practicaran la masonería, aunque “hubo papas masones, como Juan XXIII”, según reveló. Destacó que luego la posición de la Iglesia fue flexibilizándose.
“Ser masón es sinónimo de ciudadanos activos, lo que ha derribado imperios simplemente preguntando por qué. Una sociedad de libres pensadores”, definió.
Por otra parte, destacó que sus miembros creen en el Gran Arquitecto del universo como un símbolo que permite a cada uno profesar su propio credo. De igual modo, aceptan las distintas ideologías políticas, siempre y cuando estén dispuestos a escuchar y debatir.
Aunque Lazaro reconoció que esa misión es difícil en tiempos de la “grieta” en Argentina: “Nosotros proponemos la cultura del encuentro, de la inclusión y la pluralidad. Y si bien hay una lógica hoy donde se construye –en los medios incluso- para un lado y el otro de la llamada grieta, como dijo alguien –y es cierto- hay un negocio de la grieta político-económico. Nosotros vemos que, por el contrario, hemos quintuplicado la membresía con mucha gente que está cansada de hablar a los gritos. Que tiene su ideología y pertenencia partidaria, pero que quiere sentarse a debatir con el otro, en un lugar donde además reina la fraternidad, porque sos recibido como hermano, donde van a escuchar fuertemente tus ideas con la condición de que escuches las del otro”.
Esto implica un accionar contracultural, en tiempos donde se pregona el individualismo extremo: “Uno puede ver y reconocer a un masón –lamentablemente en los tiempos que se viven- por su forma de actuar, porque es diferente, no propone polarizar, al contrario. Va acercándose y hablando, desde su lugar, porque no es que va a resignar sus ideas, va a escuchar al otro. Eso es masonería en acción”.
LOS PRÓCERES ARGENTINOS
Lázaro recordó que en 1888 se fundó una sociedad de socorros mutuos Sarmiento, en Santiago del Estero, en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, que había fallecido poco antes y fue gran maestre. Años después se convirtió en una biblioteca, cuyo edificio cumplirá un siglo el año próximo.
Pero también destacó que el 29 de agosto se celebró el día del Abogado, en reconocimiento a Juan Bautista Alberdi, otro integrante de la masonería, al igual que José Benjamín Gorostiaga, el santiagueño que fue el redactor de la Constitución Nacional y autor del preámbulo.
Pero también recordó a Tomás Liberti, fundador del scoutismo, como otro miembro. Otro símbolo de la influencia masónica es la banda roja de la camiseta de River Plate, por ejemplo. O Julieta Lantieri, la primera mujer que votó en la historia argentina.
De igual forma destacó la incidencia de los masones en la ley de Educación 1.420, de 1884, gestada por Sarmiento, y que la concibió laica, obligatoria y gratuita. Fue llamada por eso la ley “de los guardapolvos blancos, porque permitió igualar al hijo de un ministro con el de un obrero”, remarcó. También mencionó la influencia en la reforma universitaria de 1918 -a la cual llamaron a apoyar las logias- o legislación sobre educación ambiental. O la ley de cementerios (de secularización, que prohibía la discriminación por credos en los creados con fondos fiscales o municipales), el matrimonio civil o el derecho a la cremación. En la actualidad dijo que continúan trabajando en proyectos vinculados a la educación.
Lázaro puntualizó que a partir de 2008 hubo un quiebre en la política comunicacional que a partir de entonces se abrió a la sociedad. “Si bien no había logias masónicas desde el año 1930, que fue bisagra en la historia, a partir del año 2008 vuelve a nacer la masonería en la provincia y hoy hay seis, con más de 200 masones trabajando fuertemente”.
En cuanto a esa apertura, de igual modo subrayó que desde hace mucho tiempo se impulsa la incorporación de las mujeres a las logias, que dejaron de ser exclusivas de hombres.
Lázaro rememoró que un influencer le preguntó en un streaming reciente sobre el prejuicio acerca de las reuniones nocturnas de las logias, que las hacía más misteriosas, a lo que él retrucó: “Y, simple, nos juntamos de noche porque durante el día laburamos”. Con ese ejemplo enfatizó la importancia de las nuevas formas de comunicación en redes, además de los medios tradicionales.
Como mensaje final, el gran maestre enfatizó que “nuestra gran tarea es desmitificar. Hubo mucho tiempo en que la masonería no contestó estos grandes mitos que hubo, es decir, como nuestra fortaleza es el silencio y el secreto, algunos entendemos como masones iniciados en democracia que, al contrario, hay que contar qué hacemos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, siendo respetuoso del masón que la pasó mal. Muchos perdieron a su familia, su negocio y trabajo, pero entendemos que no hay nada que esconder”.