Impacto real: las empresas de EE.UU. reaccionan a la guerra comercial
Ejecutivos advierten que los impuestos a las importaciones podrían encarecer productos y alterar cadenas de suministro.

La guerra comercial impulsada por Donald Trump empieza a sentirse en los pasillos corporativos. Durante la temporada de balances, varios gigantes empresariales advirtieron que trasladarán a los consumidores el peso de los nuevos aranceles, aunque no sin riesgos: en sectores donde la competencia produce localmente, subir precios podría significar perder mercado.
L’Oréal, cauta, estudia movimientos de producción, mientras Procter & Gamble y Hermès ya anunciaron aumentos inminentes en Estados Unidos.
Hasbro, altamente expuesta a China, estima pérdidas de hasta 180 millones de dólares, y Kimberly-Clark enfrenta un golpe de 300 millones, intentando amortiguarlo con ajustes internos.
En paralelo, firmas como Hyundai, Lakeland Industries y Flexsteel Industries delinean planes de relocalización, mientras Boeing sufre las represalias chinas, perdiendo la entrega de 50 aviones.
No todos los efectos son negativos: Whirlpool y Kaiser Aluminum detectan oportunidades de fortalecer su presencia en el mercado doméstico, según indican medios internacionales.
Con los aranceles suspendidos parcialmente hasta julio, las empresas corren contra el reloj. Los próximos meses definirán si el peso final recae sobre sus balances o sobre el bolsillo de los consumidores.