Un repelente distinto: Remei, apuesta con sus productos y una línea de origen vegetal, amigable con la piel

Aunque este verano fue más tranquilo, hasta hace un año, el país tenía un creciente número de contagios por dengue, molestias infinitas para estar al aire libre, ataques de ansiedad, y gente a los empujones por conseguir algún repelente exhumado de las góndolas de algún súper o farmacia de Santiago.

Incluso en muchos lugares del país estos productos estuvieron a precios impagables. En medio de ese entorno salvaje y cuando la tensa situación sanitaria se calmó un poco, nació el producto REMEI, de la empresa Biopropagaciones ubicada sobre Ruta Nacional 34 km 724, La Banda, Santiago del Estero.

La empresa ofrece su producto para protegerse de los embates de los insectos, luego de haber cumplido con todas las regulaciones de la ANMAT y ser sometido a estudios de eficacia, pruebas dermatológicas y análisis microbiológicos, lo que le valió la certificación del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) del CONICET.

Mariana Lo Pinto, CEO de la empresa, comentó a El Librepensador que “les llevó casi 3 años la habilitación del producto. Costó, pero hoy es un orgullo tenerla, y es la primera planta cosmética habilitada por ANMAT en la provincia”, cuenta, sobre este repelente que hoy tiene un costo de $7.000 en el mercado, y está disponible en farmacias y también a través del comercio electrónico llegando a las provincias de Tucumán, Salta, Catamarca, Jujuy y, por supuesto, Santiago del Estero. “En una primera etapa, la idea es seguir creciendo en nuestra provincia, para luego generar un producto exportable”, anhela.

¿Cuántos productos de este tipo se fabrican en el año más allá de la situación sanitaria y demanda actual que pueda haber por el dengue?

-Nosotros lanzamos la marca Remei (remedio en catalán, una solución a las enfermedades transmitidas por el mosquito) al mercado en noviembre de 2024. Estamos produciendo 15 mil unidades semanales, es decir, unas 60 mil mensuales. Tuvimos una excelente aceptación ya que el producto se caracteriza por su aroma y textura sobre la piel. Queríamos desarrollar un producto más amigable con la piel.

¿Cómo se posiciona Remei ante otras marcas consolidadas en el mercado de repelentes?

-La idea es posicionarlo como un repelente distinto, con todas las regulaciones y con conciencia ya que es un producto amigable para la piel, con una mejor experiencia en el uso y aplicación. La idea es que el cliente disfrute el aire libre sin miedo a las enfermedades transmitidas por insectos y mosquitos, tales como el dengue, zica y chikungunya. Remei es una marca para actividades al aire libre. El laboratorio tiene mucho potencial, y estamos creciendo, incluso desarrollando un protector solar.

En comparación con otros repelentes, la empresa ha desarrollado un producto botánico y con ingredientes naturales ¿Cuáles son sus características y diferencias comparado con el de formulación sintética?

-El repelente botánico es 100% de origen vegetal, tiene como principal activo el neem (extracto de un árbol), citronela, entre otros. No es tóxico y al ser de origen vegetal, su duración es más corta. Su uso está destinado especialmente a bebés, niños y embarazadas. En cambio, el repelente con Deet al 10 % tiene una eficacia al 100% de 7 horas, llega con una formulación más extendida de lo que habitualmente vemos en el mercado. Está destinado a niños y adultos.

Lograr la experiencia positiva de su uso

Con mucha voluntad de innovar y desde el interior del país, con lo que eso significa comparado a otras grandes empresas, la propuesta de Remei está en crecimiento.

El equipo de trabajo que hace posible el producto final es gracias a la mirada científica de la Licenciada en Química, Adriana Mendola, quien desde Buenos Aires hace su aporte como formuladora; también están: Lic. María Virginia Arce como directora técnica y la Lic. Alba Loto, como jefe de planta, más el aporte de otros 3 operarios.

Desde Remei, sus trabajadores apuestan en educar al consumidor sobre la importancia de una protección prolongada y segura del repelente, que en este caso permite disfrutar de actividades al aire libre, sin miedo a las enfermedades transmitidas por insectos, especialmente las hoy más comunes: dengue, zika y chikunguya.