Visita al Vaticano: El gobernador Zamora tuvo acceso a las cartas que escribió Mama Antula
Se tratan de manuscritos que habían sido remitidos por María Antonia de Paz y Figueroa al Padre Gaspar Juárez en Roma.
En el marco de su presencia en Roma, como parte de la delegación santiagueña que asistió al Vaticano para presenciar el nombramiento de monseñor Vicente Bokalic como cardenal, el gobernador Gerardo Zamora pudo acceder al Archivio Di Stato di Roma, donde pudo conocer las más de 300 fojas originales de las cartas remitidas por María Antonia de Paz y Figueroa, al Padre Gaspar Juárez en Roma.
El mandatario santiagueño fue recibido por la secretaria del archivo, María Boccuzzi, quien le permitió conocer las cartas de Mama Antula.
“Fue muy emotivo ver su propia escritura y firma estampada, en lo que hoy constituyen documentos históricos de la Iglesia. Debo reconocer y agradecer el trabajo realizado por Nunzia Locatelli, quien junto a Cintia Suárez publicaron ya, reconocidos libros sobre Mama Antula, en base a la formidable tarea de investigación sobre estas misivas; ese camino iniciado, nos permitirá contar con copias fidedignas, y hasta una muestra transitoria, en el Museo de Mama Antula, que esperamos concretar, en homenaje a nuestra Santa Argentina”
Quién fue Gaspar Juárez
La escritora Cintia Suárez, coautora del “Mama Antula, La Primera santa de Argentina”, junto a Nunzia Locatelli, supo explicar entre sus distintas investigaciones sobre Gaspar Juárez, un gran amigo que supo tener Mama Antula, sacerdote jesuita santiagueño que se consagró como tal tras estudiar en el colegio de Monserrat de Córdoba.
Gaspar fue contemporáneo a Mama Antula, nació allá por 1731, pero no se conoce con precisión el día exacto, sin embargo, no se ha documentado que se hayan visto personalmente estos grandes amigos.
El padre Gaspar ha sido un estudioso y un apasionado de la botánica, esta afición lo llevaría a levantar grandes obras que siguen luciéndose en el exterior. El querido amigo de Mama Antula era un gran conocedor de las plantas nativas, de las propiedades curativas de la tala, el chanar, la tusca y tantas otras especies con las que los indios preparaban sus medicinas para remediar sus males.
El exilio de Gaspar
El padre Juárez fue encarcelado y llevado como criminal por las autoridades españolas, al igual que los otros jesuitas santiagueños, Alonso Frías matemático y astrónomo y los novicios Domingo de Paz y Francisco Urrejola que murieron muy jóvenes en Europa.
El penoso viaje que lo llevó al exilio al padre Juárez tenía como primer destino Faenza en Italia, allí Gaspar, como el resto de los expulsos, no podía vestir sotana y celebraba misa todos los días de manera privada en la iglesia de San Salvador, también daba clases teología a los estudiantes jesuitas que residían allí. Luego lo trasladaron a Roma.
Mientras Gaspar Juárez se estableció en Roma decidió dar vida a un jardín con plantas nativas de América. Al principio, el padre Gaspar instaló sus especies aclimatadas en una parcela en el monte Gianicolo en Roma, ubicado en cercanías del río Tíber, luego fueron trasladadas a los jardines del Vaticano. Así el gran trabajo de aclimatación de la flora que llevó adelante el jesuita Juárez quedó bautizado como Orto Vaticano Índico, huerto que hasta hoy sigue vigente en el Vaticano.
Todo este trabajo hecho con sus propias manos, el santiagueño Gaspar Juárez lo registró en tres fascículos titulados Osservazioni fitologiche. En esta obra botánica detallaba el valor de las plantas del huerto, la sexualidad, forma de reproducción, anatomía. Casi la totalidad de las especies que había plantado y reseñado el padre Juárez eran originarias de Sudamérica y ya eran cultivadas por los nativos antes del descubrimiento de América. En esta edición mediante láminas, el amigo de Mama Antula ilustraba especies como la batata, la papaya y el maní, entre tantas otras.
Fue tanta la importancia del huerto vaticano, así como la obra escrita por el jesuita santiagueño que el rey de España, Carlos IV, decidió duplicar de por vida la pensión alimentaria al padre Gaspar.
Gaspar Juárez se había ocupado de recopilar cada uno de los escritos de la santiagueña y de todas las noticias que le llegaban de ella. Tenía como objetivo escribir la biografía de su comprovinciana, donde quedaría reflejada la gran misión de la beata, sin embargo por el alto precio del papel entre otras circunstancias nunca pudo publicarla ni tampoco se encontró el manuscrito. El mayor anhelo de Gaspar Juárez era volver a su tierra, pero por falta de recursos económicos no pudo cumplirlo y falleció en Roma en 1804, años más tarde que Mama Antula.